Un kamikaze talibán mató a tres soldados de la OTAN e hirió al menos a 15 personas el martes en Kabul, en el primer ataque en varias semanas en una capital afgana paralizada políticamente por la polémica sobre el resultado de la elección presidencial.

La explosión sacudió el centro de Kabul, a la hora punta del tráfico matinal en la carretera del aeropuerto, cerca del barrio donde se halla la embajada de Estados Unidos y otros edificios oficiales.

“Fue un atentado suicida con coche bomba contra un convoy de la OTAN”, declaró a la AFP Hashmat Stanikzai, portavoz de la policía de Kabul.

“Al menos tres miembros de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN murieron como resultado de un ataque del enemigo”, declaró por su parte la Fuerza en un comunicado, sin precisar como es habitual la nacionalidad de las víctimas.

En el lugar del atentado, soldados estadounidenses y polacos de la ISAF socorrían a sus compañeros heridos, según un fotógrafo de la AFP que acudió al lugar.

La potente explosión, que desencadenó las sirenas de alerta de la embajada estadounidense, destruyó por lo menos uno de los vehículos del convoy.

El atentado fue rápidamente reivindicado a través de Twitter por los talibanes, que luchan desde finales de 2001 contra el gobierno afgano y sus aliados de la OTAN, dirigidos por Estados Unidos.

La ISAF, que cuenta con 41.000 soldados, entre ellos 29.000 estadounidenses y 300 polacos, tiene previsto retirar todas las tropas de combate antes de fines del 2014, tras 13 años de presencia que no permitieron vencer a la rebelión de los talibanes.

La explosión se registró durante las negociaciones que llevan a cabo los dos candidatos rivales en la elección presidencial de junio que todavía siguen sin ponerse de acuerdo sobre el sucesor de Hamid Karzai.

El candidato Abulá Abdulá se volvió a declarar el lunes vencedor ante Ashraf Ghani, echando por tierra las esperanzas de que el recuento en curso de los votos emitidos permita superar pronto esta situación.

El bloqueo persistente entre los dos candidatos sobre los resultados de la segunda vuelta alimenta el temor a la violencia político-étnica e incrementa el riesgo de que los talibanes ganen terreno frente a unas fuerzas afganas consideradas débiles sin el apoyo de las tropas de la OTAN.

Estados Unidos espera la designación de un sucesor oficial de Karzai para que firme un acuerdo bilateral de seguridad (BSA), que permitirá mantener una presencia militar estadounidense tras la retirada de las tropas de la OTAN.