Las personas que dejaron de beber tras haber pasado por un momento de dependencia al alcohol, muchas veces deben lidiar con la incomprensión e insensibilidad de los demás frente al tema. Estos últimos no sólo pueden poner al afectado en una situación incómoda, sino que además pueden incitar una recaída.

Jack Feinberg, vicepresidente y director clínico en Phoenix House Texas -una organización estadounidense de rehabilitación de drogas y alcohol sin fines de lucro-, señaló al diario electrónico The Huffington Post que aquellos que se recuperaron hace poco de una adicción tienen que evitar ciertas personas, lugares y cosas, tal como un convaleciente de una crisis por enfermedad crónica. Por ejemplo, un diabético no puede ir a la pastelería al salir del hospital.

En esta misma línea, Feinberg señala que hay ciertas cosas que no se deben decir a alguien que dejó el alcohol, ya que pueden ser absurdas, inútiles e incluso dañinas. A continuación, el experto señala algunas.

1. “¿Por qué no puedes tomar sólo uno o dos tragos?”

Aunque para la mayoría parezca súper fácil detenerse después de beber dos tragos, para alguien que se rehabilita del alcoholismo, no es tan sencillo.

“Gran parte de la gente puede parar luego de uno o dos, o lo que sea que le acomode y no tiene ningún problema. Pero para las personas con dependencia al alcohol, por la naturaleza de su enfermedad, detenerse puede ser realmente un problema”, explica.

2. “¿Te puedes controlar a ti mismo?”

Aunque una persona que se recuperó del alcoholismo eventualmente podría llegar a tener control sobre cuánto bebe, es importante recordar que aún es vulnerable e incluso esto puede a contribuir a que lentamente vuelva caer en la adicción.

“Un trago puede empezar a trabajar en la cabeza (del paciente), y ahí es cuando las ruedas empiezan a girar”, dice Feinberg, añadiendo que este pensamiento puede llevar a la ansiedad “y una vez que tienes un deseo físico, caes en un territorio muy peligroso”.

3. “Acaso, ¿no quieres brindar conmigo?”

Quizás realmente desees que tu amigo que dejó el alcohol brinde contigo sólo una vez, pero hacer un comentario como éste puede hacerlo sentir muy mal, además de exponerlo a una tentación innecesaria.

4. “No te invité porque sé que no tomas”

Con frases como ésta sólo haces las cosas más difíciles. Si quieres ir a un “happy hour” después del trabajo y deseas que tu compañero que dejó de beber también vaya, pero no estás seguro de invitarlo, no le digas esto. Según Feinberg, lo mejor es acercarte a hablar con él, ser sincero y explicarle que tu intención no es dejarlo de lado, pero que te preocupa que esta actividad no sea apropiado para él en este momento. Déjale en claro que no deseas excluirlo y sólo quieres resguardar su bienestar. Y si realmente quieres tu amigo sobrio vaya, elige un lugar que no sea un bar.