Una inyección de una vacuna experimental, acompañada de una segunda de refuerzo ‘a posterioi’, permite una protección “rápida y duradera” contra el virus Ébola en los monos, según un estudio publicado el domingo.

La inyección de esta vacuna, basada en un virus del resfrío en los chimpancés y administrada a macacos de laboratorio, les proporcionó “una protección completa a corto plazo y parcial a largo plazo” contra el ébola, señalan los autores de este estudio en la revista Nature Medecine.

Además, los animales a los que se les inyectó el refuerzo, en el marco de un nuevo esquema de vacunación aún en estudio, desarrollaron una inmunidad “duradera”.

Para los autores de este estudio, se trata de la primera demostración de una protección duradera por una vacuna contra el virus ‘Ébola Zaire’, la cepa de la actual epidemia, que ha dejado más de 2.000 muertos en el oeste de África, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Si se aprueba, “esta vacuna beneficiará a la población” durante las epidemias, según los investigadores.

El instituto estadounidense de alergias y enfermedades infecciosas (NIAID/NIH) anunció, el 28 de agosto, que la investigación en humanos de las vacunas contra el Ébola comenzarían en setiembre.

El equipo de Nancy Sullivan del centro de investigación del NIAID desarrolló una vacuna basada en un adenovirus (virus del resfriado) de chimpancé bautizado “ChAd3″, que sirve de vector para enviar fragmentos de material genético del virus Ébola a las células del sujeto vacunado.

Estos fragmentos de material genético no son infecciosos, pero ayudan al organismo a reconocer el virus para defenderse.

Los investigadores probaron diferentes dosis de ChAd3. A continuación, inyectaron en los monos una dosis de virus Ébola, que habría sido mortal si no hubieran sido inmunizados previamente.

Cuatro simios, con una sola inyección de la vacuna experimental, continuaban inmunizados cinco semanas más tarde, si bien este efecto protector disminuía con el tiempo. Sólo dos simios continuaban protegidos diez meses después.

Los cuatro monos, que tuvieron la inyección de refuerzo ocho semanas después de la primera, continuaban completamente protegidos contra la infección diez meses después, según los investigadores.

Las pruebas en humanos, que se anunciaron a fines de agosto, constituye la primera etapa (“fase 1″) del proceso de validación de la vacuna dividido en tres. Estos ensayos se llevan a cabo en sujetos sanos (no infectados) para verificar si toleran bien la vacuna y si esta logra una buena respuesta inmunitaria.