Los enfrentamientos entre el ejército ucraniano y los separatistas prorrusos el sábado en la región de Mariupol, que dejaron por lo menos un muerto, hacían temer este domingo una ruptura del alto el fuego en el este de Ucrania.

Una mujer murió a causa de los disparos ocurridos la noche del sábado en Mariupol, en el sureste de Ucrania, y es la primera víctima desde la instauración el viernes de un alto el fuego, anunció el ayuntamiento.

La alcaldía explicó que los separatistas prorrusos dispararon contra un puesto de control en la salida oriental de la ciudad y destruyeron una gasolinera.

En la mañana de este domingo también se escucharon disparos de artillería cerca del aeropuerto del feudo separatista de Donetsk -cuyo aeródromo aún está controlado por las fuerzas gubernamentales-, constató un periodista de la AFP, aunque se desconocía de dónde procedían los posibles bombardeos.

La calma reinaba el domingo por la mañana junto al puesto de control atacado en la salida oriental de Mariupol.

Sin embargo, los efectos de los enfrentamientos que se prolongaron hasta bien entrada la noche eran evidentes: un camión totalmente destruido ardía junto a la carretera y varios edificios cercanos estaban dañados.

Las fuerzas de Kiev seguían controlando el puesto. “Los tiros comenzaron hacia las 22H30″ (19H30 GMT), dijo a la AFP Pacha, un combatiente del batallón de Vinitsa.

Los prorrusos “dispararon contra el puesto de control y las tiendas”, explicó, apuntando que “no hubo pérdidas” entre las filas progubernamentales.

Muchos habitantes de la zona acudieron a inspeccionar los daños.

“Tengo miedo, me gustaría que hubiera paz. Creo que el alto el fuego está acabado porque es la tercera noche seguida en la que no dormimos”, contó Victoria, una jubilada.

Unas horas antes de estos hechos, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, y el ruso, Vladimir Putin, habían considerado en una conversación telefónica que el alto el fuego, firmado el viernes, estaba siendo “globalmente respetado”.

- Deseos de independencia -

Las potencias occidentales habían recibido con escepticismo este acuerdo, firmado el viernes en Minsk y destinado a poner fin a un conflicto armado de casi cinco meses que según la ONU dejó 2.600 muertos y medio millón de refugiados y desplazados.

Los rebeldes y las fuerzas gubernamentales ya se habían acusado mutuamente el sábado por la mañana de haber violado el alto el fuego con disparos sobre sus respectivas posiciones, en los bastiones rebeldes de Donetsk y Lugansk y sus alrededores.

El acuerdo de alto el fuego supuso un éxito para los separatistas y para Rusia, ya que parecía poner de manifiesto la pérdida por parte de Kiev de varias ciudades del este de Ucrania tras el exitoso avance de los rebeldes durante las ultimas semanas.

Los secesionistas exigieron el sábado su “independencia” tras las negociaciones el viernes del Grupo de Contacto, compuesto por representantes de Ucrania, Rusia, los rebeldes y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

Amnistía Internacional fustigó este domingo a los beligerantes: “Todas las partes del conflicto se han mostrado indiferentes para con la vida de los civiles, y han descuidado de manera flagrante sus obligaciones internacionales”, denunció el secretario general de la organización, Salil Shetty.

Amnistía consideró además, apoyándose en imágenes satelitales, que parece “claro que Rusia mantiene vivo el conflicto, tanto por su injerencia directa como por el apoyo que brinda a los separatistas en el este de Ucrania”, coincidiendo con las acusaciones de los occidentales de que Rusia desplegó tropas regulares, algo que Moscú desmiente.