Irak calificó este sábado de “fuerte mensaje de apoyo” el plan estadounidense de crear una coalición internacional contra los insurgentes yihadistas del Estado Islámico (EI), que siembran el terror en Irak y Siria.

Los cazas y los drones estadounidense realizaron nuevos ataques aéreos contra el EI en el norte de Irak, donde destruyeron “cuatro Humvees (vehículos blindados), un vehículo de transporte de tropas y dos camiones” de los yihadistas, informó el sábado el comando estadounidense (Centcom) encargado de Oriente Medio y Asia Central

Para el ministro de Relaciones Exteriores iraquí, Hoshyar Zebari, la coalición contra el EI respondía al deseo de Irak, que “pidió en varias ocasiones a sus aliados internacionales que le ayudaran a hacer frente a esta amenaza peligrosa”.

El presidente estadounidense, Barack Obama, expuso su plan en una cumbre de la OTAN que terminó el viernes en Newport (Reino Unido). Nueve países se unieron a su idea de bombardear las zonas controladas por el EI, pero sin mandar tropas terrestres: Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Dinamarca, Australia, Turquía, Canadá y Polonia.

Quedan aún cosas por definir. No obstante, precisamente “la línea roja es: no a las tropas terrestres”, como resumió el secretario de Estado norteamericano John Kerry, quien se entrevistó el sábado con el secretario general de la Liga árabe, Nabil Al Arabi.

Según el departamento de Estado, ambos hombres hablaron de “la necesidad para la Liga árabe y sus miembros de asumir una posición fuerte en el seno de la coalición que se forme contra el EI”, además convinieron en que “Irak, Estados Unidos, la región y la comunidad internacional deben unirse para ayudar al primero a enfrentar esta amenaza”.

El EI ha protagonizado ejecuciones y ataques de una gran crueldad a medida que ampliaba su zona de influencia en Irak y Siria, donde anunció un califato en las zonas bajo su control.

Entre las exacciones, los yihadistas decapitaron a los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff, hecho que precipitó la movilización occidental, en represalia por la creciente intervención de Estados Unidos en Irak en apoyo a la ofensiva de las fuerzas kurdas y federales contra las posiciones del EI en el norte del país.

En Nueva York, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó fuertemente este sábado el “odioso y cobarde” asesinato de Sotloff y dijo que los yihadistas deben ser derrotados.

Aunque Obama advirtió de que en esta nueva etapa de confrontación directa con el EI la participación regional es “absolutamente indispensable”, el Departamento de Estado precisó que “no hay planes” de coordinación militar con Irán.

Exacciones en Irak y ataques en Siria

A pesar de la anuncio de esta coalición, los aliados europeos se muestran cautos. Londres, dispuesto a colaborar con los ataques aéreos, subrayó que esto “tomará tiempo, paciencia y determinación”, mientras que para el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, se está en “los inicios de una lucha contra un grupo contra el cual nadie tiene una estrategia a largo plazo”.

Por su parte, París confirmó su apoyo, pero advirtió que no intervendría en Siria para no favorecer al presidente Bashar al Asad, quien también está sumido en una lucha sin cuartel contra el EI, así como contra los rebeldes sirios.

En el terreno, el EI continuó con las exacciones y mató a balazos a dos médicos que no quisieron tratar a sus combatientes heridos y a una mujer que fue candidata a las legislativas de mayo en Mosul (norte), según un trabajador de la morgue y varios testigos.

En Siria, el régimen de Bashar al Asad continuó sus ataques contra el EI en su bastión de Raqa (este), donde este sábado mató a 15 yihadistas pero también a 31 civiles, entre ellos tres niños y cinco mujeres, así como a siete personas sin identificar, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Los países occidentales están preocupados por la nueva amenaza que representan sus ciudadanos que combatieron en las filas del Estado Islámico en Siria e Irak y que regresan a sus países de origen.

El periodista francés Nicolas Hénin, que fue rehén en Siria, reveló este sábado que uno de sus carceleros era Mehdi Nemmouche, un yihadista francés que presuntamente cometió el ataque que dejó cuatro muertos en el Museo Judío de Bruselas el pasado mayo.