Un plan ambicioso para la modernización del Ejército es el que pretende impulsar la institución en miras a 2026, el cual considera la profesionalización de sus componentes y una serie de mejoras tanto en la gestión interna como en el vínculo con la comunidad.

En conversación con Tele13, el comandante en jefe del Ejército, general Humberto Oviedo, apuntó a definir la relación de dicha rama de las Fuerzas Armadas con el Estado y los entes públicos y privados “para poder ver cuáles son las condiciones de equipamiento, presupuestos adecuados a lo que el Estado y el país quiere”.

Este proceso se configura como una nueva etapa dentro del organismo, cuyo papel protagónico en la dictadura militar y en los vejámenes contra opositores mantienen aún en la mira a las milicias.

Agencia UNO

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El general aclaró al respecto que la institución ha colaborado de forma activa en los procesos judiciales, desmarcándose de un eventual “pacto de silencio” al interior del Ejército.

“Ha sido sistemática la necesidad de actuar con las autoridades de justicia para entregar la información que esté disponible en el Ejército. Distinto es aquellas personas que están en condición de retiro que por efectos de su defensa y conforme a la ley se los permite, puedan entregar o no los testimonios que ellos estimen conveniente. Pero eso no es un pacto que tenga la institución y menos con ellos, sería irresponsable y además que no se podría”, manifestó a Canal 13.

Por lo anterior, destacó que no existe mandatado como entidad la restricción a la información para poder aclarar crímenes de lesa humanidad. “No existe un pacto de silencia institucional ni menos resguardo de archivos secretos con respecto a eso. Y eso los ministros en visita lo saben, ellos pueden acceder a toda la información que nosotros tenemos”, afirmó.

Ejército, diversidad sexual y maduración cultural

El proceso que está llevando adelante el Ejército también ha significado la discusión profunda en torno a las restricciones hacia los homosexuales que pretenden integrar o que forman parte de las filas de la institución uniformada.

En este sentido, Oviedo señaló que el fondo del asunto, más que la orientación sexual, responde a la voluntad de los postulantes a servir al Ejército bajo las condiciones impuestas en los procesos de postulación, estado de salud y respeto a la normativa interna.

Pese a ello, reconoció que aún queda pendiente el tema de aceptación cultural, materia que, a su juicio, no solo le compete a la entidad que dirige.

“Cómo se comporta eso después al interior con sus camaradas, yo creo que también eso va a ser un proceso de maduración cultural que tiene la sociedad todavía pendiente en Chile, porque esto pasa en los colegios, en las universidades”, declaró.