El gobierno somalí advirtió este sábado de una posible oleada de atentados de los islamistas shebab, vinculados con Al Qaida, tras la muerte de su jefe en un bombardeo aéreo estadounidense.

Tras la muerte del jefe de los shebab, Ahmed Abdi “Godan”, el presidente somalí, Hasan Sheij Mohamud, propuso a los combatientes del grupo que depongan las armas a cambio de una amnistía, “pero sólo durante los próximos 45 días”.

Estados Unidos confirmó el viernes la muerte de Godan en un ataque aéreo llevado a cabo el lunes contra un lugar donde estaban reunidos los líderes de los shebab.

El grupo no ha hecho comentarios, pero el gobierno teme represalias.

“Los servicios de seguridad recibieron información de que los shebab prevén actualmente llevar a cabo ataques desesperados contra el sistema de salud, los centros educativos y otras estructuras públicas”, declaró el ministro de Seguridad Nacional, Kalif Ahmed Ereg.

“Las fuerzas de seguridad están preparadas contra estos ataques y pedimos a la población que les preste ayuda”, dijo.

El movimiento comete ataques, atentados y asesinatos desde hace varios años en el país.

Godan tenía 37 años y figuraba entre las 10 personas más buscadas en el mundo por terrorismo por Estados Unidos, que había puesto un precio de siete millones de dólares a su cabeza.

Es el responsable de la evolución del grupo, que pasó de liderar una insurrección local a cometer atentados en diferentes países del este de África, sobre todo en los que participan en la fuerza africana AMISOM que lucha en Somalia contra ellos.

El más sonado fue el ataque en un centro comercial de Nairobi que causó 67 muertos en 2013.

En Washington, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, estimó que la muerte de Godan es esencial “desde el punto de vista simbólico y operacional para la más importante de las ramas de Al Qaida”. No ha precisado cómo han confirmado la muerte del jefe islamista.

Godan era un defensor a ultranza de la “yihad mundial”, frente a los partidarios de una ideología “nacionalista” somalí.

Su muerte es un golpe para el movimiento, debilitado por las rivalidades internas y las derrotas militares.

Godan no había designado a ningún sucesor “aunque existen varios candidatos potenciales”, afirma Matthew Olsen, director del Centro Nacional Antiterrorista de Estados Unidos.

Desde agosto de 2011, los shebab fueron expulsados de Mogadiscio, y poco a poco de la mayor parte de sus bastiones del sur y del centro de Somalia.

Pero todavía controlan extensas zonas rurales y combaten utilizando técnicas guerrilleras, sobre todo en Mogadiscio.

Hace unos días, las fuerzas somalíes y de la Amisom arrebataron a los shebab la localidad de Bulomarer, a unos 160 km al oeste de Mogadiscio. Su próximo objetivo es Barawe, un puerto todavía en manos de los islamistas.

Somalia carece de autoridad central desde la caída del régimen autoritario del presidente Siad Barre en 1991, que ha sumido el país en el caos.