El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, descartó tomar decisiones ejecutivas para reformar el sistema migratorio antes de las cruciales elecciones legislativas de noviembre de este año, dijo el sábado un funcionario estadounidense.

Obama había anunciado su intención de actuar con poderes ejecutivos hasta el fin del verano boreal para paliar la incapacidad del Congreso de aprobar una reforma del sistema migratorio, pero importantes políticos del gobernante Partido Demócrata alegaron ante el presidente que la regularización de inmigrantes ilegales sería perjudicial en un período electoral.

El funcionario oficial, sin embargo, cuya identidad no fue revelada, apuntó que Obama deberá utilizar su poder presidencial antes del fin de año, para hacer avanzar la reforma del sistema migratorio en las áreas donde el Congreso hasta ahora ha fracasado.

Esto significa que el tema deberá estallar en pleno a inicios de la campaña presidencial para 2016, y podrá forzar a aspirantes del opositor Partido Republicano a definir posiciones enfrentadas al esencial bloque de electores hispanos, que ya fueron fundamentales para conducir a Obama hasta la Casa Blanca.

“La realidad que el presidente ha tenido que evaluar es que estamos en el medio de una temporada política”, dijo el funcionario, después que Obama repensó su decisión en el viaje de retorno desde la cumbre de OTAN, el viernes.

“A raíz de la extrema politización que los republicanos hicieron de este asunto, el presidente cree que el anuncio de una acción administrativa para una amplia reforma migratoria antes de las elecciones sería perniciosa para esa política en sí misma”, dijo la fuente.

“Como desea hacer esto de una forma que sea sostenible, el presidente tomará una acción con relación a inmigración antes del fin de año”, agregó.

Las iniciativas de Obama podrían incluir suspender los procedimiento de deportación de algunos de los millones de inmigrantes ilegales en el país y reformas en el sistema de distribución de documentos migratorios a los extranjeros, las famosas “Green Cards”.

El Senado aprobó una extensiva reforma del sistema migratoria, pero el proyecto se empantanó sin esperanzas en la Cámara de Representantes, controlada por el Partido Republicano.

En esa cámara baja, los legisladores más conservadores del partido Republicano insisten en que cualquier tentativa de regularizar inmigrantes ilegales equivale a una amnistía.

El escenario de polémica se agudizó con el flujo de miles de menores de edad sin acompañamiento de adultos en la frontera sur de Estados Unidos en el último año.