La agenda laboral, el llamado cuarto pilar estratégico del Gobierno, es todavía una incógnita tanto en su fecha de envío como en la forma en que abordará el fin del reemplazo de huelga y la titularidad sindical, entre varios puntos.

El Gobierno ya no habla de octubre, como la fecha más probable de presentación de la agenda laboral, sino que se remite a estimar el envío del proyecto durante el último trimestre de este año.

Este compromiso, reiterado por diversos ministros de Estado, satisface a los partidos de la Nueva Mayoría. Así lo señaló su vocero, el presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade.

Los grandes empresarios, agrupados en la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) junto a la oposición, han pedido postergar la agenda laboral, para no provocar más incertidumbre en un escenario de desaceleración económica.

Sin embargo, en la Nueva Mayoría existe confianza en que trabajadores y empresarios logren acuerdos en torno a las reformas laborales, tal como lo manifestó el presidente de la Democracia Cristiana, Ignacio Walker.

La presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, se mostró optimista en que la opinión de los trabajadores tenga una ponderación mayor a la de los empresarios.

Así ha sido hasta el momento, subrayó la dirigente, quien llamó al oficialismo a omitir los discursos “de histeria” del mundo empresarial.

Las principales diferencias entre empresarios y trabajadores se pueden dar en el fin del remplazo en huelga, a todo evento o con condiciones, además de otros puntos, como la ley de pisos mínimos.