El Herzog más inquietante es el que explora los secretos de la realidad

El país del silencio y la oscuridad, Cineteca Nacional (c)
El país del silencio y la oscuridad, Cineteca Nacional (c)
visitas

Desde el próximo 10 de septiembre, la Cineteca Nacional presentará 23 documentales del realizador alemán Werner Herzog, en una retrospectiva que abarca 40 años de apasionante trabajo cinematográfico. La muestra incluye “Hércules”, película que el cineasta rodó a los 20 años de edad y títulos tan valiosos como ‘La salvaje y azul lejanía y ‘Gesualdo, muerte para cinco voces’.

Nombre propio del cine contemporáneo, cineasta apasionado y amantes de los riesgos físicos y artísticos, el alemán Werner Herzog (nacido en 1942) es el gran sobreviviente de esa generación contestaria y radical que en los años 70 formaron también Rainer Fassbinder, Wim Wenders y Volker Schlondorff, entre otros.

Reconocido por largometrajes de ficción como ‘Aguirre, la ira de Dios’ (1972), ‘Nosferatu’ (1979) y ‘Fitzcarraldo’ (1982), Herzog ha desarrollado paralelamente una extensa y valiosa carrera como documentalista. Al punto que desde hace más de una década, sus películas más reconocidas y difundidas son las que tienen como punto de partida la filmación de la realidad.

De la realidad y sus laberintos, paradojas y misterios, habría que decir. Porque el Herzog más inquietante es el que explora con su cámara los secretos de lo real. Con ojo agudo y mirada siempre original, el director germano desentraña la carga de humanidad y crueldad que suelen esconder las situaciones extremas que lo atraen, así como los aspectos prodigiosos, magníficos, espantosos y, a veces, definitivamente sobrehumanos que éstas encierran.

Es lo que sucede en sus documentales más célebres, como ‘El país del silencio y la oscuridad’, perturbador retrato sobre la vida de las personas sordiciegas; ‘El éxtasis del escultor Steiner’, dedicado a un campeón suizo de salto en esquíes; ‘Fatamorgana’, con sus siete repeticiones del aterrizaje de un avisón y una galería de personajes desconcertantes; y ‘Gesualdo, muerte para cinco voces’, sobre el asesino y masoquista príncipe italiano, muerto en 1613, y reconocido compositor de madrigales que se interpretan hasta hoy.

El siguiente es el detalle de los 23 documentales, en formatos de corto y largometraje, que exhibirá la Cineteca Nacional, ubicada en el Centro Cultural Palacio de la Moneda. Las funciones se desarrollarán entre el 10 de septiembre y el 19 de octubre, a las 17:15 horas.

“Hércules” (1962) es la primera incursión de Herzog en el cine, un ejercicio transgresor en el que el cineasta mezcla imágenes de fisicoculturistas con archivos de horrores del mundo.

“La incomparable defensa de la fortaleza Deutschkreutz” (1966) sigue a cuatro jóvenes que irrumpen en una vieja fortaleza deshabitada, donde encuentran armas, cascos de acero y uniformes abandonados. Una sátira sobre el estado de paz y los absurdos delirios que inspira.

En “Últimas palabras” (1967), el protagonista es un anciano griego que se cree rey y aparece por las noches en las tabernas para cantar y tocar la lira. Herzog la considera como una de sus películas favoritas: “Está hecha con mucha audacia y con una seguridad ciega. La filmé en tres noches y la monté en un día”.

“Medidas contra fanáticos” (1969) es una irónica indagación sobre la tolerancia y la represión, protagonizada por un extraño hombre que se declara protector de los caballos del hipódromo de Münich y pelea contra los entrenadores.

“El país del silencio y la oscuridad” (1971) es un complejo viaje hacia la memoria, las sensaciones y las imágenes de Fini Straubinger, una mujer de 56 años que a raíz de un trauma infantil perdió la vista y el oído, y que trabaja ayudando a personas en similar situación. La imagen final, con un joven sordiciego que abraza un árbol, está en la antología del cine de Herzog.

“El gran éxtasis del escultor Steiner” (1973) sigue a Walter Steiner, un campesino suizo que trabaja como tallador de madera. Además, es campeón del mundo de salto en esquíes, lo que permite a Herzog capturar espectaculares imágenes.
“Cuánta madera podrá roer una marmota” (1976) ofrece una mirada al campeonato mundial de subastadores de ganado en Fort Collins, Colorado.

“Fata Morgana” (1979) es un viaje poético y desconcertante a través de África, en el que Herzog contrapone los mitos de la creación con imágenes de destrucción.

“El sermón de Huie” (1980) se centra en un sacerdote negro que predica a gritos en el cenrto de Brooklyn contra la corrupción de la sociedad occidental y la pérdida de valores. Huie convierte sus sermones en verdaderos espectáculos.

“La balada del pequeño soldado” (1984) registra, junto al fotógrafo y periodista Denis Reichle, el entrenamiento de los indios Miskito, en Nicaragua, quienes son preparados para la guerra desde que son niños.

“Gasherbrum: La montaña luminosa” (1984) sigue a Reinhold Messner, quien emprendió la ascensión de dos cimas del Karakorum, en Pakistán, en siete días, de modo ininterrumpido, sin oxígeno, sin sofisticados equipos y sin descender al campamento base.

“Werner Herzog – director de cine” (1986). El mismísimo Herzog se analiza. Cuenta quién es y cómo trabaja.

“Hasta el fin… y un poco más allá. El mundo extático del director Werner Herzog” (1988), documental de Peter Buchka sobre Werner Herzog, basado en declaraciones del director y escenas de sus películas.

“Wodaabe – los pastores del sol” (1989) es un fascinante retrato de la tribu de los Wodaabe del Sahara, que se consideran a sí mismos la gente más bella del mundo.

“Ecos de un reino oscuro” (1990) rastrea el legado de Jean Bédel Bokassa (1921-1996), quien instituyó un régimen de asesinato y tortura en la República Centroafricana entre 1976 y 1979. Allí Bokassa vivió en la extravagancia del poder absoluto, procreó 50 hijos, se coronó a sí mismo emperador a la manera de Napoléon e incluso devoró a varios de sus enemigos.

“Lecciones de la oscuridad” (1992) muestra las consecuencias ecológicas y humanas que quedaron al descubierto tras la retirada de las tropas iraquíes de Kuwait: paisajes devastados, ciudades, campos de batalla, desiertos lunares que lucen como santuarios.

“Campanas de las profundidades” (1993) es un retrato de los curanderos de Siberia, quienes se autodenominan salvadores y se hacen pasar por sucesores de Cristo.

“Alas de esperanza” (2000) sigue a la única sobreviviente de un accidente aéreo que se estrelló en la selva peruana, y que dejó más de 90 muertos.

“Gesualdo – muerte para cinco voces” (1995) revisa las hipótesis y fantasías sobre Carlo Gesualdo Di Venosa, príncipe y compositor italiano, nacido en Nápoles y fallecido en 1613 en extrañas circunstancias.

“El pequeño Dieter necesita volar” (1997) se aproxima a la extraordinaria captura y huida del piloto germano-americano Dieter Dengler en Laos.

“La rueda del tiempo” (2002) es la observación de rituales y celebraciones budistas en tres lugares: India, Tibet y Austria.

“El diamante blanco” (2004) acompaña al ingeniero aeronáutico Graham Dorrington, quien emprende viaje a las gigantescas cataratas de Kaieteur, en Guyana, para sobrevolar una zona virgen en el zepelín más pequeño del mundo.

“La salvaje y azul lejanía” (White Blue Yonder, 2005) es un experimento, una “fantasía de ciencia ficción” protagonizada por el actor Brad Dourif., quien encarna a un extraterreste que observa la decadencia de la vida en nuestro planeta. Es uno de los documentales de Herzog más celebrados por la crítica internacional, que le otorgó el premio Fipresci en el Festival de Venecia de 2005.

Muestra documentales de Werner Herzog
10 de septiembre y el 19 de octubre 2014.
17:15 horas
$2.000 general
$1.000 estudiantes, 3a edad y convenios.

    visitas

Desde el próximo 10 de septiembre, la Cineteca Nacional presentará 23 documentales del realizador alemán Werner Herzog, en una retrospectiva que abarca 40 años de apasionante trabajo cinematográfico. La muestra incluye “Hércules”, película que el cineasta rodó a los 20 años de edad y títulos tan valiosos como ‘La salvaje y azul lejanía y ‘Gesualdo, muerte para cinco voces’.

Nombre propio del cine contemporáneo, cineasta apasionado y amantes de los riesgos físicos y artísticos, el alemán Werner Herzog (nacido en 1942) es el gran sobreviviente de esa generación contestaria y radical que en los años 70 formaron también Rainer Fassbinder, Wim Wenders y Volker Schlondorff, entre otros.

Reconocido por largometrajes de ficción como ‘Aguirre, la ira de Dios’ (1972), ‘Nosferatu’ (1979) y ‘Fitzcarraldo’ (1982), Herzog ha desarrollado paralelamente una extensa y valiosa carrera como documentalista. Al punto que desde hace más de una década, sus películas más reconocidas y difundidas son las que tienen como punto de partida la filmación de la realidad.

De la realidad y sus laberintos, paradojas y misterios, habría que decir. Porque el Herzog más inquietante es el que explora con su cámara los secretos de lo real. Con ojo agudo y mirada siempre original, el director germano desentraña la carga de humanidad y crueldad que suelen esconder las situaciones extremas que lo atraen, así como los aspectos prodigiosos, magníficos, espantosos y, a veces, definitivamente sobrehumanos que éstas encierran.

Es lo que sucede en sus documentales más célebres, como ‘El país del silencio y la oscuridad’, perturbador retrato sobre la vida de las personas sordiciegas; ‘El éxtasis del escultor Steiner’, dedicado a un campeón suizo de salto en esquíes; ‘Fatamorgana’, con sus siete repeticiones del aterrizaje de un avisón y una galería de personajes desconcertantes; y ‘Gesualdo, muerte para cinco voces’, sobre el asesino y masoquista príncipe italiano, muerto en 1613, y reconocido compositor de madrigales que se interpretan hasta hoy.

El siguiente es el detalle de los 23 documentales, en formatos de corto y largometraje, que exhibirá la Cineteca Nacional, ubicada en el Centro Cultural Palacio de la Moneda. Las funciones se desarrollarán entre el 10 de septiembre y el 19 de octubre, a las 17:15 horas.

“Hércules” (1962) es la primera incursión de Herzog en el cine, un ejercicio transgresor en el que el cineasta mezcla imágenes de fisicoculturistas con archivos de horrores del mundo.

“La incomparable defensa de la fortaleza Deutschkreutz” (1966) sigue a cuatro jóvenes que irrumpen en una vieja fortaleza deshabitada, donde encuentran armas, cascos de acero y uniformes abandonados. Una sátira sobre el estado de paz y los absurdos delirios que inspira.

En “Últimas palabras” (1967), el protagonista es un anciano griego que se cree rey y aparece por las noches en las tabernas para cantar y tocar la lira. Herzog la considera como una de sus películas favoritas: “Está hecha con mucha audacia y con una seguridad ciega. La filmé en tres noches y la monté en un día”.

“Medidas contra fanáticos” (1969) es una irónica indagación sobre la tolerancia y la represión, protagonizada por un extraño hombre que se declara protector de los caballos del hipódromo de Münich y pelea contra los entrenadores.

“El país del silencio y la oscuridad” (1971) es un complejo viaje hacia la memoria, las sensaciones y las imágenes de Fini Straubinger, una mujer de 56 años que a raíz de un trauma infantil perdió la vista y el oído, y que trabaja ayudando a personas en similar situación. La imagen final, con un joven sordiciego que abraza un árbol, está en la antología del cine de Herzog.

“El gran éxtasis del escultor Steiner” (1973) sigue a Walter Steiner, un campesino suizo que trabaja como tallador de madera. Además, es campeón del mundo de salto en esquíes, lo que permite a Herzog capturar espectaculares imágenes.
“Cuánta madera podrá roer una marmota” (1976) ofrece una mirada al campeonato mundial de subastadores de ganado en Fort Collins, Colorado.

“Fata Morgana” (1979) es un viaje poético y desconcertante a través de África, en el que Herzog contrapone los mitos de la creación con imágenes de destrucción.

“El sermón de Huie” (1980) se centra en un sacerdote negro que predica a gritos en el cenrto de Brooklyn contra la corrupción de la sociedad occidental y la pérdida de valores. Huie convierte sus sermones en verdaderos espectáculos.

“La balada del pequeño soldado” (1984) registra, junto al fotógrafo y periodista Denis Reichle, el entrenamiento de los indios Miskito, en Nicaragua, quienes son preparados para la guerra desde que son niños.

“Gasherbrum: La montaña luminosa” (1984) sigue a Reinhold Messner, quien emprendió la ascensión de dos cimas del Karakorum, en Pakistán, en siete días, de modo ininterrumpido, sin oxígeno, sin sofisticados equipos y sin descender al campamento base.

“Werner Herzog – director de cine” (1986). El mismísimo Herzog se analiza. Cuenta quién es y cómo trabaja.

“Hasta el fin… y un poco más allá. El mundo extático del director Werner Herzog” (1988), documental de Peter Buchka sobre Werner Herzog, basado en declaraciones del director y escenas de sus películas.

“Wodaabe – los pastores del sol” (1989) es un fascinante retrato de la tribu de los Wodaabe del Sahara, que se consideran a sí mismos la gente más bella del mundo.

“Ecos de un reino oscuro” (1990) rastrea el legado de Jean Bédel Bokassa (1921-1996), quien instituyó un régimen de asesinato y tortura en la República Centroafricana entre 1976 y 1979. Allí Bokassa vivió en la extravagancia del poder absoluto, procreó 50 hijos, se coronó a sí mismo emperador a la manera de Napoléon e incluso devoró a varios de sus enemigos.

“Lecciones de la oscuridad” (1992) muestra las consecuencias ecológicas y humanas que quedaron al descubierto tras la retirada de las tropas iraquíes de Kuwait: paisajes devastados, ciudades, campos de batalla, desiertos lunares que lucen como santuarios.

“Campanas de las profundidades” (1993) es un retrato de los curanderos de Siberia, quienes se autodenominan salvadores y se hacen pasar por sucesores de Cristo.

“Alas de esperanza” (2000) sigue a la única sobreviviente de un accidente aéreo que se estrelló en la selva peruana, y que dejó más de 90 muertos.

“Gesualdo – muerte para cinco voces” (1995) revisa las hipótesis y fantasías sobre Carlo Gesualdo Di Venosa, príncipe y compositor italiano, nacido en Nápoles y fallecido en 1613 en extrañas circunstancias.

“El pequeño Dieter necesita volar” (1997) se aproxima a la extraordinaria captura y huida del piloto germano-americano Dieter Dengler en Laos.

“La rueda del tiempo” (2002) es la observación de rituales y celebraciones budistas en tres lugares: India, Tibet y Austria.

“El diamante blanco” (2004) acompaña al ingeniero aeronáutico Graham Dorrington, quien emprende viaje a las gigantescas cataratas de Kaieteur, en Guyana, para sobrevolar una zona virgen en el zepelín más pequeño del mundo.

“La salvaje y azul lejanía” (White Blue Yonder, 2005) es un experimento, una “fantasía de ciencia ficción” protagonizada por el actor Brad Dourif., quien encarna a un extraterreste que observa la decadencia de la vida en nuestro planeta. Es uno de los documentales de Herzog más celebrados por la crítica internacional, que le otorgó el premio Fipresci en el Festival de Venecia de 2005.

Muestra documentales de Werner Herzog
10 de septiembre y el 19 de octubre 2014.
17:15 horas
$2.000 general
$1.000 estudiantes, 3a edad y convenios.