La aviación estadounidense bombardeó en la madrugada del martes un lugar de Somalia donde estaban reunidos los principales líderes de los islamistas shebab, entre ellos su jefe Ahmed Abdi “Godan”, sin que por el momento se sepa si hubo muertos.

“Los estadounidenses efectuaron un importante ataque aéreo contra una reunión de altos responsables shebab, entre ellos su jefe Abu-Zubeyr”, uno de los muchos alias y nombres de guerra de “Godan”, explicó Abdikadir Mohamed Nur, gobernador de la provincia meridional de Basse-Shabelle (sur).

“Estaban reunidos para hablar de la ofensiva” lanzada a primeras horas del sábado en Basse-Shabelle por las fuerzas progubernamentales somalíes, respaldadas por la Fuerza de la Unión Africana en Somalia (Amisom), señaló.

Añadió que la operación estadounidense causó “pérdidas a los partidarios de Al Qaida pero no tenemos detalles por ahora”. “La zona atacada -dijo- era un importante refugio de los shebab y un campo de entrenamiento para sus kamikazes”.

Consultados por la agencia AFP, los shebab no han querido manifestarse sobre la suerte que ha corrido Godan ni sobre eventuales bajas en sus filas tras el ataque estadounidense.

Washington ha puesto un precio de siete millones de dólares a la cabeza de Godan, de 37 años, convirtiéndolo en una de las 10 personas más buscadas en el mundo por Estados Unidos debido a actividades terroristas.

Godan procede del clan Isaq de Somalilandia (norte), estudió en Pakistán y se cree que recibió instrucción en el manejo de las armas en Afganistán. Dentro de los shebab es uno de los partidarios a ultranza de la “yihad mundial” y se opone a los defensores de una ideología “nacionalista” somalí.

El lunes por la noche el Pentágono anunció que había realizado una operación contra los shebab en Somalia y que estaba “evaluando los resultados” de la misma.

Como parte de su nueva ofensiva, bautizada “Océano Índico”, las fuerzas somalíes y de la Amisom arrebataron el sábado a los shebab la localidad de Bulomarer, en Basse-Shabelle, a unos 160 km al oeste de Mogadiscio. Su próximo objetivo es Barawe, un puerto todavía en manos de los islamistas.

El carbón que los shebab exportan de Barawe, sobre todo a los países del Golfo, les permite recaudar unos 25 millones de dólares por año.

Desde agosto de 2011, los shebab fueron expulsados de Mogadiscio, y poco a poco de la mayor parte de sus bastiones del sur y del centro de Somalia.

Pero todavía controlan extensas zonas rurales y combaten utilizando técnicas guerrilleras, sobre todo en Mogadiscio, donde han atacado la presidencia y el parlamento.

El domingo pasado, un comando shebab atacó en el centro de Mogadiscio el cuartel general de los servicios de inteligencia, donde están encarcelados muchos de sus miembros.

Los siete miembros del comando murieron al cabo de 45 minutos de combates, que también causaron tres bajas entre las fuerzas somalíes.

Somalia carece de autoridad central desde la caída del régimen autoritario del presidente Siad Barre en 1991, que ha sumido el país en el caos.

El actual gobierno somalí tiene muchas dificultades para imponerse fuera de Mogadiscio y de sus suburbios pese a las derrotas de los shebab porque muchas regiones controladas por los islamistas quedan a merced de jefes de guerra.