Ana y Verónica se conocieron en el colegio, se enamoraron y hace casi 10 años se registraron como pareja en Alemania; ahora luchan en su Colombia natal para que el Estado reconozca su unión y les permita adoptar a los hijos de una de ellas.

“No necesitamos permiso de nadie para ser una familia, pero queremos tener ese papel”, dijo a la AFP Ana Leiderman, quien espera que la Corte Constitucional de Colombia se pronuncie este jueves para que sus dos hijos, producto de una inseminación artificial, consten también como hijos de su pareja, Verónica Botero, con quien los crió.

Leiderman solicitó al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) que Botero pudiera adoptar a sus hijos. Ante la negativa de esa entidad a procesar su solicitud, acudió a un juzgado de Medellín, donde reside, y después a un tribunal superior del departamento de Antioquia, dos instancias que le concedieron el derecho.

Sin embargo, la decisión fue apelada por el ICBF y pasada a la Corte Constitucional, el tribunal garante de la Carta Magna en Colombia, a pedido de la Procuraduría General, el ente autónomo de control de la función pública.

“Es un tema que afecta muchas cosas, por ejemplo ambas podríamos tomar decisiones sobre su educación y también en asuntos de salud de los niños”, explicó Leiderman.

La Corte Constitucional reconoció en 2007 la unión de hecho entre parejas homosexuales y concedió derechos de afiliación al sistema de salud a los cónyuges. El año siguiente garantizó el derecho a pensión para las parejas del mismo sexo y en 2009 determinó que también tenían derechos patrimoniales.

El Defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, abogó días atrás por el derecho de parejas homosexuales a adoptar. “Hay familias que tienen las comodidades de adoptar niños que se encuentran en difícil situación. ¿Cómo prohibirle a unas personas con una inclinación sexual diferente que puedan darle educación y dedicación a esos niños?”, dijo.

La Procuraduría sin embargo se mantiene contraria y este miércoles difundió la posición que hizo llegar a la Corte Constitucional sobre el caso, en la que señaló que jurídicamente “solo la familia que tiene su origen en las relaciones heterosexuales resulta idónea” para proteger el interés superior del niño adoptado y aseguró que esto es respaldado por “más de una decena de estudios científicos”.

- Obligada a ser madre soltera -

“Ser mamá soltera es muy duro y a mí me están obligando a serlo”, afirmó Leiderman, madre biológica de Raquel, de seis años, y Ari, de cuatro.

Para el experto en derecho de la Universidad EAFIT Leonardo García Jaramillo, en Colombia se ha avanzado en el reconocimiento de las parejas homosexuales, pero este proceso ha sido en el ámbito de la justicia, mientras que en otros países de Latinoamérica se ha dado en el Congreso.

“En este caso además son los hijos biológicos de un miembro de la pareja, no es alguien que vino de fuera para que le entregaran a los niños”, dijo a la AFP.

En junio de 2013, la Corte Constitucional dejó en firme la adopción de dos hermanos por un estadounidense declarado homosexual, en un fallo que no tiene apelación y que es el primero de este tipo que favorece a una persona de esa condición sexual.

El gobierno se ha pronunciado en ese sentido en los últimos días. El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, dijo que está de acuerdo con que a las parejas del mismo sexo se les permita adoptar.

Y el ministerio de Salud descartó que hubiera riesgos para el bienestar de los menores criados por parejas gay. “La orientación sexual de los padres es, en general, indiferente para el desarrollo cognitivo y social de los menores”, indicó en un informe enviado a la Corte Constitucional.

Sin embargo, según Sandra Marcela Rojas, una lesbiana vinculada a Colombia Diversa, una ONG que lucha por los derechos de los homosexuales, las parejas del mismo sexo enfrentan muchas trabas en Colombia, un país al que califica de “profundamente religioso”.

“Hay imaginarios colectivos de que si se otorga este derecho (de adoptar), el ICBF va a tener una fila de travestis al otro día pidiendo que les den un niño, como si eso fuera malo”, afirmó.