El equipo campeón del Mundial de Básquetbol, cuya 17ª edición se celebra en España del 30 de agosto al 14 de septiembre, recibe el Trofeo Naismith, que lleva el nombre del inventor de este deporte.

Con motivo de la primera edición del Mundial de Básquet, disputado en Argentina en 1950, la Central Board de la FIBA decidió crear un trofeo especial para el ganador del torneo que llevaría el nombre de James Naismith.

Este profesor de educación física, nacido en Ontario (Canadá) en 1861 y que 30 años más tarde inventó el deporte de la canasta en la YMCA (Asociación Cristiana de Jóvenes) de Massachusetts, en el nordeste de Estados Unidos.

Naismith fue también la persona que redactó las primeras reglas originales del baloncesto, antes de que este deporte se mundializara.

En las primeras ediciones de la Copa del Mundo, el trofeo era ‘ficticio’, no existió físicamente. Hasta 1964 no se pensó en fabricarlo y un año después, gracias a una donación de 1.000 dólares estadounidenses, se diseñaron los primeros bocetos.

La primera vez que se entregó el trofeo fue en el Mundial de Uruguay 1967, ganado por la Unión Soviética, y aquella copa se utilizó hasta 1994. Para el Mundial 1998, en Grecia, se diseñó un nuevo trofeo, que se entregó por primera vez a Yugoslavia.

Cabe señalar que el Trofeo Naismith original se encuentra en la Fundación Pedro Ferrándiz en España.

El actual trofeo, diseñado por el joyero alemán Günter Schöbel, tiene forma de flor de loto y una pieza giratoria en el centro, con mapas tallados y piedras preciosas incrustadas con los cinco colores de los aros olímpicos que simbolizan los cinco continentes.

La copa es de oro y plata, mide 47 centímetros y pesa nueve kilogramos. El nombre de James Naismith está grabado en las cuatro caras en latín, árabe, chino y con símbolos jeroglíficos egipcios.