La pequeña Ferguson volvió a la calma este jueves tras la visita del secretario de Justicia estadounidense y su promesa de una investigación completa sobre la muerte de un joven afroamericano a manos de un policía blanco que provocó más de diez días de disturbios de corte racial.

Según la policía, apenas seis personas fueron detenidas el miércoles por la noche durante una manifestación en esa localidad de Saint-Louis (Misuri, centro), contra las 47 apresadas el día anterior.

En esta última protesta, que pedía que se acuse formalmente al policía autor de los seis disparos que mataron al joven Michael Brown (18 años) el 9 de agosto, los manifestantes se abstuvieron de lanzar proyectiles y disparar con armas como sucedió en otras ocasiones desde el incidente.

VISITA TRANQUILIZADORA

El secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, también afroestadounidense, se reunió el miércoles en Ferguson con autoridades locales, con la familia de Brown y enfurecidos residentes de ese suburbio.

“Espero que mi visita tenga un efecto tranquilizador en la ciudad”, dijo el funcionario de mayor jerarquía del gobierno que visitó esta localidad a pedido del presidente Barack Obama.

Un gran jurado de Saint Louis, que debe decidir si se abre un proceso contra el policía que mató a Brown, comenzó a estudiar el caso el miércoles a puertas cerradas. Pero la decisión podría hacerse esperar hasta mediados de octubre, precisó el fiscal del condado Robert McCulloch.

Holder aseguró a funcionarios locales y estudiantes de la universidad local de Florissant Valley que “procuradores federales llevarían adelante una investigación intransigente” para determinar si el policía actuó con motivaciones racistas.

El secretario de justicia visitó a la familia del joven abatido y se reunió también con investigadores de la agencia federal FBI y representantes oficiales, entre ellos el gobernador de Misuri Jay Nixon.

“Mi esperanza es que (esta visita) dé a los habitantes la confianza de que lo que debe hacerse lo está haciendo el gobierno federal”, declaró el ministro luego de todos sus encuentros.

La víspera, el jerarca prometió que la investigación de la muerte será “completa, imparcial e independiente”, pero precisó que “llevará tiempo”.

OFICIAL SUSPENDIDO

Hasta ahora solamente un sargento fue suspendido hasta nuevo aviso por haber tenido “una actitud inapropiada” al apuntar a un “manifestante pacífico” con un fusil de asalto, anunció la policía de Saint Louis.

Los abogados de la familia de Brown precisaron que los funerales del joven tendrán lugar el lunes próximo, que serán “públicos” y que en ellos participarán “líderes nacionales”.

El miércoles por la mañana más de 100.000 dólares habían sido recolectados a través de un sitio web para financiar los gastos de las exequias. La suma será entregada a la familia el domingo.

Para aclarar el caso, se reclamaron al menos tres autopsias: las solicitadas por autoridades locales, la familia y el ministerio de Justicia. Los resultados de la autopsia solicitada por la familia divulgados el lunes indican que el joven recibió al menos seis balazos policiales.

Las versiones de la Policía y de varios testigos divergen. Para la primera, Brown habría intentado arrebatarle el arma al policía que lo ultimó. Según varios testigos, entre ellos el amigo de Brown que lo acompañaba, tenía las manos levantadas.

La muerte de Brown ha estado en la última semana en el centro de los reportes de todos los medios de Estados Unidos, donde reavivó el espectro de los problemas raciales.