La saliente alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos denunció el jueves la incapacidad del Consejo de Seguridad para poner fin a los conflictos, sobre todo por la prevalencia de los intereses nacionales.

“No siempre ha habido una decisión firme y de principios de los miembros (del Consejo) de poner fin a las crisis”, consideró ante el Consejo de Seguridad Navi Pillay, que renunció a su cargo tras seis años y lo deja formalmente en los próximos días.

“Realmente creo que una respuesta más firme de este Consejo podría salvar cientos de vidas”, agregó Pillay.

La sudafricana estimó también que la utilización del derecho de veto constituía “una táctica de corto plazo y en definitiva contraproducente”, y exhortó a los 15 Estados miembros “a desarrollar un concepto más amplio que el del interés nacional”.

El uso del derecho a veto por parte de los cinco miembros permanentes del Consejo -Reino Unido, Francia, Rusia, China, Estados Unidos- revela profundas divisiones.

En mayo, Rusia y China opusieron su veto a un proyecto de resolución que habría permitido a la Corte Penal Internacional (CPI) abrir causas en Siria por crímenes de guerra.

Estados Unidos, que veta habitualmente resoluciones contra Israel, bloqueó en días pasados un texto particularmente fuerte sobre el conflicto en Gaza.

El Consejo de Seguridad está haciendo frente actualmente a un importante número de crisis internacionales, esto es en Irak, en Siria, en Gaza, en Sudán del Sur, en Ucrania y en República Centroafricana.