La empresa Alsacia, principal operador del Transantiago, decidió no pagar un bono de 39 millones de dólares, monto que le correspondía entregar a sus acreedores en Estados Unidos.

La compañía indicó que tomaron la decisión para poder cumplir con los pagos a sus proveedores y los “compromisos laborales con los más de 7.500 trabajadores directos y 1.500 indirectos”, los cuales no se verán afectados por la crisis financiera que atraviesan, según especificaron.

Al respecto, Alsacia detalló que los $39 millones de dólares correspondían a la séptima cuota de un bono de $464 millones de dólares “colocado en Nueva York por JP Morgan y Bank of America Merryl Lynch en febrero de 2011, del cual ya se han pagado sobre USD$ 220 millones entre amortizaciones e intereses”.

Esta deuda está en proceso de reestructuración, según agregaron, con lo que esperan “poder operar con normalidad durante el período que resta de su contrato de concesión”.

No obstante, pese a estar trabajando en solucionar el problema, la empresa realizó una dura crítica a las autoridades, culpando por la situación en que se encuentran a la mala gestión y modificaciones a los contratos que ha efectuado el Gobierno.

Sobre ello, aseguraron que “el debilitamiento estructural de los operadores de Transantiago radica principalmente en los continuos cambios a los contratos de concesión, que han traído un creciente detrimento de la posición económica de las empresas”.

“De las 19 modificaciones al contrato de concesión que han tenido que vivir estas empresas, desde el inicio de sus operaciones en 2005, la más nociva fue la que rige a partir de mayo de 2012. Esta modificación tuvo como consecuencia una reducción significativa de los ingresos fijos de los operadores, y simultáneamente traspasó todos estos riesgos y costos asociados a los concesionarios privados, afectando significativamente los ingresos y el valor de las compañías”, acotó Alsacia.

Además de esto, recalcaron que sus problemas económicos también son una consecuencia de “la sistemática caída en la demanda, el incontrolable vandalismo a la flota sin mitigación alguna por parte de la autoridad pública, la creciente evasión de los usuarios, y los desproporcionados y cuestionables descuentos de los ingresos que aplica diariamente el Ministerio de Transportes“.

A eso se suma “la falta de una adecuada infraestructura vial vital para la competitividad del transporte de superficie, frente a otros medios”.

Tras la reestructuración de su deuda, la compañía expresó que esperan pasar “a una etapa distinta” en su relación con las autoridades, “en la que se logre trabajar de la mano para buscar equilibrar financieramente a las empresas del sistema, mejorar los indicadores operacionales y el servicio a los usuarios”.

Cabe mencionar que Alsacia destacó que sus operaciones y servicios a los usuarios no se verán afectados por el no pago de este bono.