Ucrania acusó este lunes a separatistas prorrusos de haber causado “numerosos muertos” en un ataque con lanzacohetes contra una columna de refugiados en el este de Ucrania, un día después de celebrarse “difíciles” negociaciones con Moscú para hallar una solución diplomática al conflicto.

“Los separatistas dispararon contra una columna de refugiados cerca de Lugansk en la carretera entre Jriashtsuvat y Novosvitlivka con (lanzacohetes múltiples) Grads y morteros suministrados por Rusia”, declaró un portavoz militar, Andrei Lysenko, a la prensa.

“Muchos civiles murieron, entre ellos mujeres y niños”, agregó, sin precisar la cifra de víctimas.

La columna tomó un corredor humanitario en el norte de Lugansk, bastión de los separatistas prorrusos, por el cual más de 1.800 personas han huido de la ciudad en dos días, según este vocero.

Esta denuncia se produce después de que se celebraran cinco horas de “difíciles” negociaciones el domingo en Berlín, entre Rusia y Ucrania, con la presencia de los ministros de Exteriores de Francia y Alemania.

“Hemos sentido el apoyo de nuestros socios” alemán y francés, escribió en Twitter este lunes el ministro ucraniano de Exteriores, Pavlo Klimkin, sin más precisiones.

Rusia aseguró el lunes que hubo “algunos progresos” en la reunión diplomática celebrada en Berlín. Sin embargo el ministro ruso de Exteriores Serguei Lavrov deploró la ausencia de avances sobre un alto el fuego incondicional y sobre una solución política al conflicto.

“Lamentablemente nuestros colegas ucranianos continúan poniendo condiciones, que además son bastante vagas, como la de garantizar la impermeabilidad de la frontera” ruso-ucraniana, afirmó Lavrov.

El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, había indicado la víspera que en la reunión se produjeron “progresos en algunos puntos”, aunque sin dar más precisiones.

Una fuente diplomática francesa confirmó que “a pesar del clima difícil, se lograron progresos”. “Fueron tratados cuatro puntos: el alto al fuego, el control de la frontera, la ayuda humanitaria y el proceso político. Hubo progresos pero el contexto es difícil”, explicó, añadiendo que ahora los ministros “deben comunicar (esos resultados) a sus presidentes”.

Esta reunión diplomática se celebra en un contexto cada vez más difícil en el este de Ucrania, escenario de intensos combates entre el ejército ucraniano y los insurgentes prorrusos. Kiev y Occidente acusan a Rusia de suministrar armas y hombres a los insurgentes separatistas o al menos cerrar los ojos sobre estos abastecimientos, lo que Moscú desmiente.

Rusia pide por su parte un alto el fuego en el este de Ucrania para poder llevar una ayuda humanitaria actualmente bloqueada en la frontera ruso-ucraniana.

Sin agua en Donetsk

Donetsk, principal bastión separatista asediado por el ejército ucraniano, está privado de agua corriente ya que la línea eléctrica que alimenta su principal usina de tratamiento de aguas fue dañada por disparos.

Las autoridades locales, que han adoptado “medidas urgentes” para suministrar agua a los habitantes, pidieron además a quienes tengan pozos que los pongan a disposición de los demás.

Los residentes de esta ciudad hacían largas colas el lunes por la mañana ante las tiendas que venden agua mineral por litros, con la condición de que lleven sus propias botellas, constataron los periodistas de la AFP.

Donetsk, ubicada en zona de escasas precipitaciones y donde ha reinado un intenso calor en las últimas semanas, es muy dependiente para el suministro de agua de un canal construido durante el período soviético.

Tras una noche relativamente tranquila, los disparos de artillería se reanudaron el lunes por la mañana, dañando la red eléctrica, según las autoridades locales

En Lugansk, también rodeado por las fuerzas ucranianas, están cortados desde hace dos semanas el agua corriente, la electricidad y la red telefónica. Además todos los accesos a la ciudad están cerrados.

Por otro lado, el convoy de ayuda humanitaria ruso seguía bloqueado el lunes por la mañana en la frontera, pese a un acuerdo logrado el sábado entre Kiev y Moscú sobre las modalidades de inspección de los 300 camiones que –según Rusia– transportan 1.800 toneladas de ayuda para las poblaciones víctimas del conflicto.

La inspección debe ser llevada a cabo por el Comité Internacional de la Cruz Roja y las autoridades ucranianas.