El presidente estadounidense, Barack Obama, informó al Congreso este domingo de los ataques aéreos lanzados contra el Estado Islámico (EI) en el norte de Irak, cerca de la represa de Mosul, arrebatada a los insurgentes.

“Autoricé el 14 de agosto a las Fuerzas Armadas estadounidenses a realizar ataques con objetivos concretos para apoyar las operaciones de las fuerzas iraquíes con vistas a reconquistar la represa de Mosul”, escribió Obama en una carta que envió a los presidentes de ambas cámaras del Congreso, fechada este domingo.

“Estas operaciones militares serán limitadas en su alcance y duración según sean necesarias para apoyar a las fuerzas iraquíes en sus esfuerzos por retomar el control de esta crucial infraestructura”, añadió.

“La pérdida de la represa de Mosul podría amenazar la vida de un gran número de civiles, poner en peligro a personal estadounidense en las instalaciones de Estados Unidos y en la embajada de Bagdad”, apuntó.

Con la ayuda de estos ataques, las fuerzas kurdas recuperaron este domingo la represa, la más grande de Irak y que abastece de agua y electricidad a la mayor parte de la región, y que estaba bajo el control de los yihadistas desde el 7 de agosto.

Estados Unidos, que inició su ofensiva contra posiciones del Estado Islámico el 8 de agosto, llevó a cabo un total de 23 ataques aéreos en dos días, sábado y domingo, que destruyeron vehículos y puestos de control de la agrupación yihadista.

Irak está sumido en el caos desde que el pasado 9 de junio la agrupación de insurgentes sunitas conocida como Ejército Islámico (EI) inició una ofensiva al norte de Bagdad.

Unas 200.000 personas han huido durante el avance de EI en el país, en su mayoría cristianos y yazidíes, una comunidad kurda no musulmana.