Pactar un pago en porciones y por una cantidad de tiempo establecida hasta completar el monto total acordado, ya sea para acceder a educación, atención de salud o vivienda, entre otras áreas indispensables, es costumbre, o más bien mala costumbre, para muchos chilenos y personas alrededor del globo que han hecho de la deuda un estilo de vida.

Ya sea por necesidad real o generada, el crédito supone una opción efectiva para subsanar carencias del momento. Sin embargo, así como su uso alivia en el instante que es requerido, puede igualmente terminar por atormentar en un futuro próximo.

Esta realidad individual que aqueja a un extenso número de trabajadores no es únicamente propia de los asalariados, sino que también se replica a gran escala. A nivel de corporaciones y Estados.

Así, casi como espejo de lo que puede significar un mal manejo económico o un carencia irresoluta, diversos países del mundo han tenido -y tienen- que lidiar con deudas que amenazan sus proyecciones cuantitativas y también de desarrollo.

Los más endeudados

Según una lista del Fondo Monetario Internacional (FMI) que recoge la cadena británica BBC Mundo, éstos son los países más morosos del mundo por PIB según datos de 2012:

1) Japón: 237%
2) Zimbabue: 202%
3) Grecia: 158%
4) Jamaica: 146%
5) Eritrea: 125%
6) Italia: 126%
7) Portugal: 122%
8) República de Irlanda: 117%
9) Granada: 112%
10) Estados Unidos: 106%
11) Islandia: 99,3%
12) Bélgica: 99%
13) Reino Unido: 90,3%
14) Francia: 90,29%

Pese a lo que se podría pensar, las naciones que hoy ostentan los primeros lugares en el ranking de deudores no son, en su mayoría, empobrecidas. Salvo contadas excepciones, son países del denominado primer mundo los que acaparan la medición del FMI, y eso tendría una respuesta.

Muchos países desarrollados pueden endeudarse en sus propias monedas y acceder a los mercados financieros a muy bajas tasas de interés. Endeudarse de esta manera para financiar el crecimiento o salir de una crisis es una gran ventaja, pero no es un viaje gratis. Todo depende de las circunstancias de cada país”, explica Robert Pollin, codirector del Political Economy Research Institute (Peri) de Massachussets, citado por el medio con sede en Londres.

Se trataría entonces de un privilegio que les permitiría acceder a las comodidades del bienestar. Uno que no puede ser aplicado a los contextos de otros Estados, como es el caso de Zimbabue, país que lidera el ranking de aquellos endeudados que, definitivamente, no pueden pagar su crédito.

América Latina

La deuda de América Latina en proporción al PIB se mide de la siguiente forma:

1) Brasil: 68%
2) Venezuela: 57%
3) Uruguay: 53%
4) El Salvador: 52,1%
5) Nicaragua: 52%
6) Argentina: 44%
7) México: 43%
8) Honduras: 34,6%
9) Costa Rica: 34%
10) Bolivia: 33%
11) Colombia: 32%
12) Guatemala: 25%
13) Perú: 19%
14) Ecuador: 18%
15) Paraguay: 11,3%
16) Chile: 11,2%

“En 2013 el promedio de deuda se mantuvo cercano al 31% del PIB para la región. La caída del pago de intereses ha sido significativa en los últimos años en América Latina. Se trata de una tendencia de gran relevancia en la perspectiva de la calidad de las finanzas públicas, al permitir espacios para una mayor inversión y para el gasto social“, señaló a BBC Mundo el Coordinador del Observatorio Económico de América Latina y académico UNAM, Oscar Ugarteche.

¿Que significarían estos números? Ciertamente, que la región se ha tenido que acomodar a una historia de pagos y que, con las lecciones de los años, ha hecho un esfuerzo por mantenerse bajo un umbral de compromiso crediticio medianamente llevadero.

Al margen de lo anterior, también queda de manifiesto que América Latina no puede darse el gusto de caer en deudas para financiar reformas que vayan en directo beneficio de la población. Esa carta, desde los inicios del sistema de préstamos, concebido para usufructuar de la demora, hasta la actualidad, no es opción para los países en vías de desarrollo.