El papa Francisco rezó este sábado en un jardín en memoria de los fetos abortados, durante su visita en Corea del Sur a un centro para discapacitados gestionado por la Iglesia Católica.

El obispo de la diócesis de Cheongju dio la bienvenida a Francisco a su llegada al centro con un discurso en el que destacó que los pacientes tratados en Kkottongnae tuvieron “la mala fortuna de haber sido abandonados dos veces”: primero por su padres y luego por la sociedad, donde pocos se plantean adoptar a un niño discapacitado.

En el principal edificio del centro, la denominada “Casa de la Esperanza”, el papa saludó a varios residentes de todas las edades, a los que dio su bendición.

Después de abandonar la “Casa de la Esperanza”, el papa paró un momento y rezó en el simbólico cementerio, en el jardín por los fetos abortados, lleno de cientos de pequeñas cruces blancas.

Recordemos que el papa Francisco es un firme opositor al aborto, al que denuncia como una “cultura de la muerte”. Asimismo la Iglesia Católica critica regularmente la frecuencia de los abortos en Corea del Sur.

El papa viajó a Kkottongnae tras dar una misa multitudinaria en Seúl, ante unas 800.000 personas.

La decisión de incluir Kkottongnae (“Pueblo de las flores”) en la gira del papa ha sido criticada por algunos grupos de derechos humanos que creen que las instalaciones, a 90 kilómetros al sur de Seúl, tienen como objetivo aislar a los discapacitados.

Pero sus simpatizantes lo ven como un modelo del compromiso de la Iglesia Católica con los marginados en un país en el que la minusvalía sigue siendo un estigma.

El centro fue fundado en los años 70′ por el cura católico Oh Woong-Jin, quien junto a otros responsables fue investigado durante 10 años por malversación de fondos. No obstante, la corte suprema absolvió a Oh en 2007.