Resulta que no es algo casual, pasajero o eventual, controlar los sueños es posible. A pesar de lo que la cultura popular señala, nuestros viajes oníricos son potencialmente alterables y dan paso a un conocimiento personal profundo, donde pones a prueba tu capacidad para contar historias.

No es una fantasía del cine norteamericano. Podemos planear estrategias para soñar lo que se nos dé la gana, incluso resolver problemas mientras dormimos una siesta o también finalizar una agitada pesadilla, según consigna el portal especializado en ciencia Scientific American. Además, con el debido entrenamiento, podemos “tener sueños dentro de un sueño”, algo que se da por casualidad en algunas personas o que muy pocas desarrollan de manera frecuente.

Deirdre Barrett es un profesor y asistente de psicología de la Escuela de Medicina de Harvard, que se dedicó a estudiar el sueño y las pesadillas, y cómo éstos afectan la creatividad de los individuos en distintos ámbitos de la vida, ya sea de manera negativa y positiva. Además, descubrió distintos métodos para alterar el transcurso del sueño mientras dormimos y lo publicó en su libro: “El Comité de sueños: ¿Cómo artistas, científicos y atletas usan los sueños para la resolución de problemas? y cómo usted también puede hacerlo”.

El especialista define los sueños como “una experiencia narrativa que se produce mientras dormimos”. Mientras ocurren hay ciertas partes de nuestro cerebro que se encuentran más activas que otras, “como la corteza visual, la corteza motora y ciertas áreas de movimiento de los ojos que detecta el cerebro”, según indica.

Ésto explica por qué los sueños son “tan visuales” más que sensoriales, ya que están alertas grandes cantidades de movimientos que “disparan ráfagas de actividad al cerebro”, lo que mantiene en constante trabajo a nuestra parte ocular.

Por otro lado, las partes que menos trabajan del cerebro son aquellas que tienen directa relación con la lógica y el razonamiento. Lo que de alguna manera explica el porqué de algunos sueños tan fantasiosos.

Sad man holding pillow (CC)

Sad man holding pillow (CC)

La manera de controlar los sueños depende de cada persona, de sus capacidades, del entrenamiento que le dé a su cerebro y, también, del tipo de fantasía onírica que deseas tener. Por ejemplo, puedes querer sueños lúcidos, soñar con algo en especifico o tratar de solucionar un problema.

Para solucionar un problema, primero debes pensar en uno. Si tienes una imagen relacionada con el malestar, mantenla en tu cabeza hasta que te duermas. Esto hará que tu “yo-durmiente” mantenga presente lo que te aqueja y busque posibles soluciones.

El experto también explica que es importante mantener la calma a la hora de despertar, sobre todo si se quiere continuar con el sueño cuando vuelvas a dormir.

Durante un experimento que el profesional realizó a sus estudiantes, el 50% logró soñar con sus problemas y otra cuarta parte trabajó en ello durante una semana para solucionarlos.

Si quieres soñar con lugares o personas especiales, los procedimientos a seguir son similares. Con ver una simple fotografía antes de dormir puedes lograr que esto suceda. En estos casos muchas personas esperan ver a sus familiares o amigos cercanos que han fallecido, y según el experto esto es muy probable si se siguen las instrucciones.

Lo más importante es practicar y enseñar al cerebro este trabajo. Si es necesario prueba durante más tiempo, pensando en lo que quieres soñar. Debes lograr concentrarte para obtener lo que quieres.

Por otra parte los sueños lúcidos pueden ser una solución para controlar el camino a seguir de los mismos, pero Barrett indica que éstos son mucho más difíciles de alcanzar, ya que requiere más esfuerzo y las maneras de lograrlos son muy poco fiables.

Stephen LaBerge de la Universidad de Stanford y Lynne Levitan, investigador del sueño, desarrollaron una técnica para tener sueños lúcidos que hasta el día de hoy ha resultado como la más exitosa.

Se trata de recordatorios constantes, con énfasis durante la tarde, el anochecer y antes de irse a dormir. Con estos ‘memos’ te debes decir a ti mismo “tengo que recordar lo que sueño”.

Mientras estás en medio del sueño debes tener el control y la facultad de notar si estás en medio de uno o si estás despierto y sólo pensando. Si despiertas tienes que tratar de acordarte de lo que estaba pasando por tu cabeza para poder volver a entrar en el mismo trance. Si no resulta, repite los pasos una y otra vez (reconocer el sueño y entrar en él).

Con esta técnica los especialistas han logrado tener sueños lúcidos a voluntad. Y la importancia de éstos para los profesionales es que “te pueden ayudar a un fortalecimiento del desarrollo personal, mejorar la autoestima y superar las pesadillas, incluso mejorar la salud mental y facilitar la resolución de problemas de manera creativa”, como también decía Barrett.

Cosas que influyen en los sueños

Además se debe tener en cuenta que hay cosas que influyen en los sueños según la analista del sueño y miembro de la Asociación Internacional para el Estudio de los Sueños, Lauri Loewenberg. Éstos son:

1. Sonidos

Es común que el sonido del despertador aparezca en los sueños. Quizás no como tal, pero convertido en una alarma de incendio o un silbato. Loewenberg señaló que la música puede influir en el contenido de los sueños, y por lo mismo, no recomienda oír canciones para dormir porque interfieren con el trabajo cognitivo que tus sueños están destinados a lograr.

Ella cree que “está bien, de vez en cuando, si se quiere influir en un sueño muy impresionante, reproducir tu disco favorito despacio mientras duermes. O tal vez el sonido del mar, si quieres soñar con un jugueteo en la playa con Ashton Kutcher”, pero no aconseja hacerlo un hábito.

Si quieres un sueño reparador, trata de dormir en el ambiente más silencioso posible.

2. Olores

Un estudio realizado por científicos alemanes publicado en SAGE Journals determinó que los olores agradables (como rosas, chocolate o perfume) antes de dormir inducen a sueños positivos, mientras los desagradables (como huevo podrido) evocan emociones negativas y malos sueños.

Loewenberg explicó que “La parte del sistema límbico del cerebro que controla la capacidad de recibir el olfato también recibe emociones”.

3. Posición para dormir

Un estudio realizado en Hong Kong determinó que dormir boca abajo aumenta las posibilidades de tener un sueño sexual, de persecución o inmovilidad. Entre los ejemplos de sueño que provoca dormir en esta posición se encuentra: “tener una relación sexual con una celebridad”, “ser sofocado, sin poder respirar”, y “estar atado, incapaz de moverse.”

Esto se produciría porque los genitales están en contacto con la cama, es decir, son estimulados, además es difícil respirar, al igual que cuando estás teniendo sexo o te estás ahogando.

Otro dato entregado por Loewenberg, es que la mejor manera de recordar tus sueños es ponerte en la misma posición que estabas cuando te despertaste. “Eso es realmente todo lo que se necesita para ser capaz de empezar a recordar tus sueños”, señaló. Por otro lado, dijo que si te levantas para ir al baño y quieres volver a entrar en el sueño que estabas, debes tratar de ponerte nuevamente en la posición que estabas antes de levantarte.

4. Estado de ánimo

Según la experta, la depresión -por ejemplo- puede influir en los colores que ves en tus sueños. “En mi investigación he encontrado que si tienes un sueño que está en blanco y negro o en donde los colores son apagados o en tonos grises, puede ser un símbolo de la depresión”, indicó Loewenberg.

La analista explicó que los patrones climáticos que sueñas también están conectados con la mente. Ella aseguró que la ansiedad trae tornados, que representan el descontrol; mientras una mente clara y tranquila tiende a soñar con días soleados, y quienes están tristes o deprimidos sueñan con lluvia.

5. Dejar de fumar o beber, o hacer dieta

Cuando dejas de hacer algo que te obsesiona, como comer helado, fumar o beber alcohol, es probable que sueñes con ello.

Loewenberg manifestó que es habitual que las personas que dejan de fumar tienden soñar con cigarrillos durante los dos primeros años de que dejaron el hábito.

6. Fármacos y vitaminas

Una gran cantidad de medicamentos influyen en el sueño. Por ejemplo, la vitamina B6 ayuda a las personas a recordar sus sueños más fácilmente, al igual que los antidepresivos.