Casi 25 años han pasado desde la vuelta a la democracia y aún es necesario mejorar en políticas públicas, pero sobre todo en lo que se refiere a la participación en política y representatividad.

Así lo deja en claro la auditoría que realizó el programa de naciones unidas para el desarrollo en conjunto con la Universidad de Concepción.

Según indicó Marcela Ríos, oficial de gobernabilidad del programa y coordinadora del estudio, la democracia en Chile tiene un desarrollo sostenido y estable, sobretodo a lo que se refiere a políticas públicas y eficacia gubernamental a nivel internacional.

Sin embargo, es necesario avanzar en la participación, que cae progresivamente desde 1990 con más de 85 % de personas que votaron en elecciones, lo que se redujo a poco más de 40 % en las últimas presidenciales. La representatividad de las autoridades también es motivo de cuestionamiento.

La ministra secretaria General de la Presidencia, Ximena Rincón, quiso dar una señal de descentralización y participó de la entrega de estos resultados, señalando que el eventual fin del sistema binominal aportaría a avanzar en el proceso.

Desde el programa de naciones unidas para el desarrollo indicaron que se debe trabajar en siete puntos considerados claves para que la democracia no se estanque. Para ello se debe fortalecer el trabajo de los partidos políticos, aumentar la representatividad y terminar con el sistema binominal.

También se debe trabajar en post de la inclusión de los pueblos originarios, incentivar la participación electoral de hombres y mujeres, a lo que se suma el terminar con la desigualdad de derechos, la decentralización y las limitaciones del acceso al poder.