El papa Francisco lanzó este jueves desde Seúl un llamado a las dos Coreas a superar las “recriminaciones” y cesar de recurrir al “el despliegue de fuerzas”, unas horas después de que Pyongyang lanzara una salva de misiles al mar.

Ante la presidenta surcoreana, Park Geun-Hye, y las diferentes autoridades del país, el papa argentino saludó “los esfuerzos hechos a favor de la reconciliación y la estabilidad en la península coreana”, el “único camino hacia una paz duradera”.

El papa, que habló en inglés por primera vez en un marco oficial, evitó cuidadosamente nombrar al régimen marxista norcoreano, a pesar de que sus alusiones a las injusticias, persecuciones y despliegue de fuerzas hacían sin duda alusión a Pyongyang.

“La diplomacia, como arte de lo posible, se basa en la convicción firme y perseverante de que se puede alcanzar la paz a través de la escucha tranquila y el diálogo, más que a través de recriminaciones mutuas, críticas estériles y despliegue de fuerzas”, señaló el sumo pontífice.

La paz en Corea tendría repercusiones “para la estabilidad de toda la región y de nuestro mundo cansado por la guerra”, añadió Jorge Mario Bergoglio.

70.000 FAMILIAS DIVIDIDAS

La presidenta, que recibió al papa en la Casa Azul, su residencia oficial, recordó que 70.000 familias siguen separadas” desde la partición de la península a finales de la guerra (1950-53).

Jorge Bergoglio subrayó el nombre tradicional de Corea, “el país de la mañana tranquila”, recibido en homenaje a una “herencia forjada por años de violencia, persecuciones y guerra”.

Primer papa en Asia desde la visita de Juan Pablo II a India en 1999, Francisco pasará cinco días en Corea del sur para promover el catolicismo en esta región y abogar por la reconciliación de las dos Coreas

El papa fue recibido en el aeropuerto de Incheon por la presidenta Park Geun-Hye y escolares que le hicieron una ofrenda floral.

Casi simultáneamente, Corea del Norte disparó al mar tres misiles de corto alcance, un medio que utiliza regularmente el régimen de Pyongyang para demostrar su descontento y amenazar a Seúl y a sus aliados. Por la tarde, disparó otros dos misiles.

BENDICIÓN PARA CHINA

“Es bastante inconveniente lanzar este tipo de proyectiles el día de la llegada del papa que viene a bendecir a todos los habitantes de la península coreana, que vivan en el sur o el norte”, reaccionó un portavoz de la diplomacia surcoreana.

El pontífice sudamericano va a celebrar una misa para “la paz y la reconciliación” en la catedral de Myeong-dong en Seúl, el 18 de agosto, como colofón de su visita de cinco días.

Reprimido en el Norte, el catolicismo prospera en el Sur. Los cristianos, entre todas sus diferentes Iglesias, son más numerosos que los budistas. Los católicos (10,7% de la población) integran una Iglesia dinámica, influyente, pero amenazada por cierto aburguesamiento que Francisco tendrá que intentar ayudar a disipar.

El papa, quien envía sistemáticamente un mensaje a los países que sobrevuela en sus viajes, transmitió sus “mejores deseos” al presidente chino Xi Jinping y a sus “conciudadanos” e imploró por “la bendición divina de paz y bienestar” para China.

“Hemos tomado nota de la posición del papa Francisco”, respondió Hua Chunying, portavoz de la diplomacia china.

“China siempre ha mostrado sinceridad para mejorar sus relaciones con el Vaticano (…) estamos dispuestos a continuar los esfuerzos para promover un diálogo constructivo”, añadió en un comunicado.

Con motivo de la visita de Juan Pablo II a Corea del Sur hace 25 años, Pekín prohibió sobrevolar su territorio al avión que lo transportaba. El Vaticano y China, que cuenta con varios millones de católicos, no mantienen relaciones diplomáticas desde 1951.

China cuenta, según estimaciones, al menos 12 millones de católicos, repartidos entre un culto oficial supervisado por las autoridades y una Iglesia subterránea prohibida, fiel al papa.

Según fuentes citadas por la agencia católica AsiaNews, el gobierno chino advirtió a una decena de sacerdotes presentes en Corea del Sur, que tendrían problemas al regresar al país si asisten a la visita de Francisco.

Uno de los momentos más importantes de la visita de Francisco será la beatificación en la Puerta de Gwanghwamun en Seúl de Paul Yun Ji-chung y otros 123 mártires de comienzos del cristianismo en Corea.

Es una forma de honrar la resistencia de los cristianos asiáticos ante las numerosas persecuciones del pasado, y de subrayar el papel de los laicos en la Iglesia, puesto que la fe cristiana se propagó a través de laicos letrados.