Estados Unidos apoyó el martes la exigencia de Ucrania de que un convoy ruso supuestamente con ayuda humanitaria se someta a controles fronterizos, para disipar el temor a que la carga sea en realidad ayuda para los rebeldes del este del país.

Estados Unidos y sus aliados europeos han expresado en los últimos días su inquietud en relación con un convoy de 262 camiones rusos que se dirige a la frontera con Ucrania. El Kremlin insiste en que su carga está destinada a la zona en conflicto, que necesita desesperadamente ayuda humanitaria.

Tras consultas con Kiev, Estados Unidos aseguró estar dispuesto a apoyar el paso del convoy si se somete a los controles fronterizos y la ayuda es entregada al Comité Internacional de la Cruz Roja para su posterior distribución.

“Rusia no tiene derecho a ingresar nada unilateralmente a Ucrania, ni siquiera ayuda humanitaria o bajo cualquier otro pretexto, sin la autorización de Kiev”, dijo la portavoz del departamento de Estado Marie Harf a reporteros.

El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que Moscú envía ayuda en respuesta a las “catastróficas consecuencias” de la campaña de Kiev contra los insurgentes prorrusos.

Más de 1.300 personas murieron en cuatro meses de lo que la Cruz Roja califica de guerra civil, mientras que 285.000 abandonaron sus hogares, según Naciones Unidas.