La descentralización del país ha sido abordada de una manera más categórica en los últimos años de la mano del actual gobierno, mediante la conformación de una comisión nacional sobre la materia, la cual debe entregar una propuesta el próximo mes de septiembre. Frente a ello, uno de sus integrantes, el ex consejero regional por Osorno, Harry Jurgensen, analizó los peligros que podría generar los resultados del trabajo, sobre todo para la presidenta Michelle Bachelet.

A su juicio, el trabajo de la comisión ha generado una serie de propuestas que de aplicarse generarán cambios estructurales en la sociedad chilena y en la función pública, por lo cual las expectativas creadas son altas.

Esto último, las expectativas, es precisamente el principal riesgo que observa el ex consejero regional por Los Lagos para la gestión de la presidenta de la república, pues de no concretarse generarán malestar tanto en la ciudadanía como en los integrantes de la comisión.

De acuerdo a Jurgensen la descentralización es un tema que molesta a varios sectores y poderes del país, desde el económico hasta el legislativo, por lo cual hay que tener cuidado con el legado que deje la Comisión Nacional de Descentralización, el cual se ha construido en diversos espacios de debate, tanto a nivel interno como externo, tal como sucedió con el diálogo ciudadano organizado por la Gobernación Provincial de Osorno en el Centro Cultural, que abordó la materia y que tuvo como principal orador al ex consejero regional.

De acuerdo a lo expresado por Jurgensen la gente ya está cansada de participar en este tipo de actividades, que nada tienen de resolutorio en el presente ni menos en el futuro.

Finalmente, Jurgensen enfatizó en que descentralizar el país es como un partido de fútbol de un tiempo de 12 años, siendo la comisión nacional creada por Bachelet el puntapié inicial, y para lo cual es necesario organizar el proceso para que todos los actores sean involucrados durante tres periodos presidenciales.