La Casa Blanca condenó firmemente el jueves la última ofensiva yihadista en el norte de Irak, considerando la situación “cercana a la catástrofe humanitaria” y afirmando que sigue de cerca la situación en el terreno.

“Trabajamos estrechamente con el gobierno iraquí para ayudarlo a enfrentar la situación humanitaria”, declaró el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest, rehusando referirse a eventuales ataques o la utilización de aviones estadounidenses para hacer llegar alimentos y medicamentos a la población afectada.

Pero se negó a confirmar eventuales ataques o el uso de aviones estadounidenses para hacer llegar alimentos y medicamentos a las personas afectadas.

De su lado, un responsable del Pentágono aseguró a la AFP bajo anonimato que Washington “trabaja rápida y directamente con las autoridades de Bagdad y Erbil (Kurdistán iraquí) para coordinar los lanzamientos aéreos llevados a cabo por los iraquíes a las personas que lo necesitan”.

Este responsable rehusó considerar una mobilización de la aviación estadounidense para responder a la crisis humanitaria.

“Estamos en contacto permanente con ellos (los iraquíes) para pensar en las maneras de aportar una ayuda suplementaria”, explicó el encargado.

La prensa estadounidense afirmó que el presidente analizó una serie de opciones con sus asesores durante una reunión el jueves de mañana en la Casa Blanca para socorrer a quienes huyeron de la ciudad de Sinjar, en poder de los yihadistas.

Refugiados en las montañas de los alrededores de la urbe, corren el riesgo de morir de sed o hambre, explicó un funcionario, que requirió el anonimato.

Es “inminente” una decisión, dijo otro funcionario que también se mantuvo en el anonimato; “todo esto podría ir muy rápido”, agregó.

A pedido de Francia, los 15 países miembro del Consejo de Seguridad mantendrán consultas a puertas cerradas sobre el tema a partir de las 21H30 GMT, según diplomáticos.