Cuando en junio el ejército regular iraquí huyó del avance de los yihadistas, los kurdos tomaron su lugar y ganaron nuevos territorios, pero en los últimos días se han visto a su vez acosados por los insurgentes islamistas.

El avance de los peshmergas (combatientes kurdos) desgastó a sus fuerzas de seguridad, que ahora controlan un territorio 40% más extenso, en momentos en que la región autónoma del Kurdistán iraquí tiene dificultades financieras.

En este contexto, los insurgentes, que proclamaron a finales de junio un “califato” en los territorios bajo su control en Siria e Irak, derrotaron militarmente a los kurdos en varias oportunidades desde principios de agosto, haciéndoles perder varias ciudades en la frontera con Siria, en particular Zumar y Zinjar, así como dos campos petrolíferos.

“Los peshmergas están bien entrenados, bien equipados y motivados, pero, indudablemente, son más eficaces cuando combaten en posiciones defensivas, en su propio terreno, que cuando se proyectan en las llanuras del Irak árabe”, estimó Peter Harling, del International Crisis Group. “Sencillamente, no se los había preparado para ello”, agregó.

En un primer momento, los combatientes kurdos conquistaron posiciones, frente al territorio controlado por los yihadistas del Estado Islámico (EI), y daban la impresión de no querer participar en los combates entre estos últimos y las fuerzas gubernamentales.

Un vídeo que se difundió por internet mostraba a yihadistas de un lado de un puente y a peshmergas del otro, aparentemente tranquilos.

Pero el pasado fin de semana, combatientes del EI atacaron varias de las nuevas posiciones de los kurdos, al oeste y al norte de Mosul, matando a varios de ellos y obligándolos a retirarse.

El lunes, los yihadistas anunciaron su intención de ampliar su ofensiva en los territorios del norte de Irak controlados por los kurdos.

“Las brigadas del Estado Islámico han alcanzado el triángulo entre Turquía, Siria e Irak. Que Dios permita a sus muyahidines liberar toda la región”, dijo el EI en un comunicado.

El EI, que “sabe que Estados Unidos está apoyando los planes de cooperación entre sunitas, chiitas y kurdos” contra él, está “tratando de volver más segura la zona en la que se juntan las fronteras de Siria, Irak y Turquía”, indicó Asos Hardi, un comentarista político kurdo.

“Eso no se puede lograr sin intentar expandirse hacia regiones kurdas”, agregó.

Las tropas kurdas “no son capaces militarmente, no están entrenadas ni tienen fondos como para controlar” los territorios recientemente conquistados, puntualizó Toby Dodge, director del Centro para Medio Oriente de la London School of Economics.

La disputa entre Bagdad y el gobierno regional del Kurdistán iraquí por los ingresos del petróleo ha tenido consecuencias financieras negativas para los kurdos, que no pueden equipar mejor a sus tropas.

No obstante, algunos analistas piensan que los kurdos no lucharon hasta las últimas consecuencias por los alrededores de Mosul porque esperan que Estados Unidos los ayude.

“La retirada de los peshmergas también fue táctica, un modo de presionar a Estados Unidos para que les dé armas que actualmente tienen que comprar en el mercado negro”, afirmó Ihsan al Shamari, profesor en la Universidad de Bagdad.