El paro convocado por la Confederación Nacional de Trabajadores del Transporte Terrestre generó caos en lugares en que los pasajeros habitualmente esperan al transporte colectivo hacia las ciudades de Viña y Valparaíso. En horas de la mañana la movilización estuvo marcada por ataques a conductores y daños a las máquinas.

Los usuarios manifestaron sentirse disgustados y abandonados, debiendo optar por las soluciones que estuvieran a su alcance como llamar a sus jefes para que dispusieran de algún traslado particular, o simplemente esperar más de dos horas.

Leonel Morales y Miguel Ángel Cáceres relataron a Radio Bío Bío lo que vivían en el instante en que el paradero de Canal Chacao-Villa Hermosa de Quilpué tenía muchos pasajeros esperando la locomoción colectiva.

Por ello el intendente Ricardo Bravo recorrió las oficinas de la Unidad Operativa de Control de Tránsito, ubicadas en el plan de Viña del Mar, para conocer cómo se desplazaban los vehículos particulares y los pocos buses que prestaron servicios desde Villa Alemana hasta el Puerto.

Posteriormente, se reunió con los gobernadores de Valparaíso, Omar Jara, y de Marga Marga, Gianni Rivera, junto al seremi de Transportes, Patricio Canobbio, donde concluyeron que la adhesión al paro no fue total. En este sentido el intendente calificó la movilización como “un paro de descriteriados“.

Bravo adems detall lo que será la Operación Retorno, en la que advirtió que se pondrá todo el contingente de fiscalización en las calles para controlar alzas denunciadas por pasajeros que debieron recurrir a los colectivos de las líneas que cubren el tramo Peñablanca-Puerto. Éstas subieron las tarifas de $1.500 a $4.000 y $7.000 para sus servicios de transporte.

Un actor fundamental de este complejo escenario es el seremi Patricio Cannobio, quien no se quiso referir abiertamente a las palabras planteadas por el presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores del Transporte Terrestre, Óscar Cantero. El dirigente, en entrevista exclusiva con Radio Bío Bío, manifestó que ellos no respetan el acuerdo firmado con los empresarios para regular la transferencia del subsidio del Estado, aduciendo problemas de redacción del convenio.

En cuanto a la reacción de los trabajadores del transporte terrestre plegados al paro ante la circulación de buses en servicio, estos llamaron a sus colegas del gremio a no salir a las calles. En este sentido, en las inmediaciones de la Línea 901, 2do Sector de Playa Ancha, Valparaíso, un grupo se instaló en la garita de la empresa quemando neumáticos a fin de impedir la salida de los buses hacia Placilla-Curauma.

Durante las primeras horas, esta línea, junto con algunas del recorrido Limache-Quilpué y Peñablanca-Valparaíso, realizaron parcialmente sus servicios habituales, siendo objeto de apedreamientos y conductas intimidatorias de personas no identificadas.

Los primeros reportes advirtieron daños a un bus del recorrido Sol y Mar, ocasionados en el Paradero 3 de Villa Alemana. Otros se registraron en Aguas Negras, Valparaíso, en la Ruta 68 a la altura de Placilla y en otros puntos de la región, en las cercanías de sus terminales.

Quintero-Puchuncaví fue otro de los sectores afectados por el paro, lugar distante a unos 50 kilómetros de Valparaíso, desde donde se conoció el caso de personas que no pudieron trasladarse hasta su destino.

En el plan de Valparaíso y Viña del Mar, se ha visto circular algunas máquinas desde y hacia los cerros a total capacidad.

Se espera el menor impacto, a la hora del regreso a casa, al caer la tarde.