Los líderes de la campaña en favor y en contra de la independencia de Escocia, Alex Salmond y Alistair Darling, protagonizaron este martes un primer y fiero debate para convencer a los votantes indecisos, claves en el referéndum del 18 de setiembre.

Un primer sondeo del instituto ICM, difundido por The Guardian, dio ganador a Darling (56%-44%), un mal signo para Salmond, que necesitaba una victoria arrolladora para remontar la desventaja en los sondeos con el campo partidario de permanecer en el Reino Unido y que llegaba al debate con una mejor reputación como orador.

Salmond, que es jefe del gobierno regional y líder del SNP, insistió en el brillante porvenir de una Escocia independiente gracias al petróleo del mar del Norte y apeló al orgullo nacional.

Por su parte, Darling, que fue ministro de Economía del último gobierno laborista británico, se centró en el bolsillo y dijo que la secesión amenazaría a las pensiones, la educación o la sanidad públicas.

“El 18 de setiembre tenemos la oportunidad de nuestras vidas, tenemos que atraparla con ambas manos”, dijo Salmond, asegurando que “nadie hará un mejor trabajo gestionando Escocia que la gente que vive aquí”.

Darling dijo que las reservas del mar del Norte están en declive y que el envejecimiento de la población en Escocia no garantiza el sistema de pensiones.

“Todos los países pueden independizarse pero tienen que asumir los riesgos que eso conlleva”, avisó Darling, que trató de acorrarar a Salmond en la cuestión de la libra esterlina, después de que los tres principales partidos británicos dijeran que no están dispuestos a una unión monetaria con una Escocia independiente, como pretenden los nacionalistas.

“No quiero ver como se juega con el futuro de nuestros hijos”, sentenció Darling.

El debate tuvo lugar en el Real Conservatorio de Glasgow y en él no faltaron las acusaciones personales.

Salmond recordó a Darling que era el ministro de Finanzas “cuando los bancos estallaron”, en la crisis de 2008, y éste le reprochó que en aquella época expresó su apoyo al jefe del Royal Bank of Scotland, Fred Goodwin, que acabaría llevando a la entidad al borde de la quiebra.

El segundo asalto entre ambos líderes será el 25 de agosto, se supo este martes.

Salmond había pedido debatir con el primer ministro británico David Cameron, pero éste no aceptó la oferta argumentando que se trata de un asunto de los escoceses.

Faltan sólo seis semanas para el referéndum del 18 de setiembre y los sondeos siempre han dado ganador a los partidarios de seguir siendo del Reino Unido, como en los últimos 307 años.

Según una media calculada por AFP de los últimos sondeos de seis institutos de opinión, el 48% de los votantes escoceses quiere seguir en el Reino Unido, el 36% prefiere la independencia y el 15% no está decidido, una cifra que puede inclinar la balanza.

“Este es el debate más importante mostrado nunca en la televisión en Escocia. Es el más importante de las vidas de Alex Salmond y Alistair Darling”, estimó el moderador, Bernard Ponsonby.

Londres envía un guiño a Edimburgo antes del debate

Horas antes del debate, los líderes de los tres principales partidos británicos se comprometieron a dotar a Escocia de más poderes si decide quedarse en el Reino Unido.

Las tres formaciones ya habían adelantado que ese sería el caso, pero sus líderes, el conservador David Cameron, el laborista Ed Miliband y el liberal Nick Clegg, estamparon sus firmas en un documento que se compromete a “fortalecer más los poderes del parlamento escocés, en particular en las áreas de responsabilidad fiscal y seguridad social”.

El debate ha cobrado intensidad en las últimas semanas, con la irrupción de artistas y otras figuras públicas, desde la escritora J.K Rowling, que donó un millón de libras a la campaña por permanecer en el Reino Unido, al Papa Francisco, que expresó su inquietud por la posible fractura de varios países.

Pero al margen de consideraciones de principio, la discusión ha estado dominada por el impacto que la independencia tendría en el bolsillo de los escoceses, dando pie a una guerra de cifras entre ambos bandos.

Blair McDougall, director de campaña de Better Together, estimó: “los votantes escoceses llevan dos años escuchando el debate sobre la independencia. Seguramente, si Alex Salmond tuviera respuestas convincentes a los detalles de la separación, los habríamos escuchado”.

Para Blair Jenkins, el director ejecutivo de la campaña independentista, Yes Scotland, “la independencia es una oportunidad única en la vida de los escoceses”.

“Sabemos que Escocia”, gracias al petróleo del mar del Norte, principalmente, “es uno de los países más ricos del mundo, más rico que el Reino Unido, Francia o Japón, y sólo los poderes que nos daría votar ‘sí’ nos permitirían que esa riqueza beneficie más a todo el mundo en Escocia”.