Varios dirigentes europeos reunidos el lunes en Lieja para conmemorar la Primera Guerra Mundial, desencadenada por la invasión alemana en Bélgica hace cien años, llamaron a “aprender de las lecciones del pasado” en plena crisis de Ucrania.

“Europa pacificada, Europa unificada, Europa democrática. Nuestros abuelos soñaron con esto. Hoy lo hemos logrado. Debemos amarla y continuar mejorándola”, afirmó Felipe, rey de los belgas, en un discurso.

“Nosotros no podemos ser simples guardianes de la paz, recordar el pasado (…), también debemos asumir nuestras responsabilidades” insistió por su parte el presidente francés François Hollande, al referirse a la crisis en Ucrania “donde un avión civil fue derribado, a “las masacres de poblaciones civiles” en Siria e Irak y a la tragedia de Gaza.

“Los acontecimientos en Ucrania nos recuerdan que la inestabilidad continúa propagándose en nuestro continente”, agregó el príncipe Guillermo, representante de Gran Bretaña y de los países del Commonwealth involucrados en ese mortífero conflicto.

“Sin el respeto al otro y sin la tolerancia, no hay paz posible”, insistió el primer ministro belga Elio di Rupo, después de rendir un cálido homenaje a miles de víctimas civiles belgas, “masacradas en ese funesto mes de agosto de 1914 por el invasor”.

El presidente alemán Joachim Gauck no pidió perdón en su discurso. Hizo un sobrio llamado a “aprender las lecciones amargas y terribles” del pasado. “Actualmente en Europa, la ley del más fuerte ha sido reemplazada por la fuerza de la ley”, dijo.

Ochenta y tres países que participaron en la Gran Guerra fueron invitados a esta conmemoración. Unos 12 estaban representados por sus presidentes. El rey Felipe de España hizo en esta ocasión su primer viaje al extranjero, y el príncipe Guillermo llegó acompañado por su esposa Catalina.

Un fuerte dispositivo de seguridad fue instaurado para esta ocasión en la ciudad de Lieja, con 650 policías desplegados para proteger a los invitados.

En Australia y Nueva Zelanda

El príncipe Guillermo y su esposa viajaron luego a Mons, donde se llevó a cabo una ceremonia en el pequeño cementerio militar de Saint-Symphorien. Allí se reunirán con el primer ministro británico David Cameron y el príncipe Harry. En ese cementerio se encuentran los restos del primer soldado británico muerto en la Gran Guerra y el último fallecido el 11 de noviembre de 1918, día del armisticio que puso fin a las hostilidades.

Gran Bretaña conmemora también este lunes el centenario de su declaración de guerra a Alemania con una vigilia en la Abadía de Westminster, un desfile de automóviles de la época y servicios religiosos.

A miles de kilómetros de distancia, Australia y Nueva Zelanda también rindieron homenaje a decenas de miles de soldados originarios de estos dos países, caídos en los campos de batalla durante la Gran Guerra.

Debido a las alianzas, la invasión de Bélgica el 4 de agosto de 1914 provocó las hostilidades de la Primera Guerra Mundial. Alemania violó la neutralidad del pequeño reino, tomando en tenaza a las fuerzas francesas, y ese acto fue seguido inmediatamente por la entrada en guerra del Reino Unido.