El Consejo de Seguridad de la ONU llamó este jueves a realizar “pausas humanitarias” en la Franja y a un cese del fuego “inmediato” en la Franja de Gaza.

El cuerpo ejecutivo de la ONU también expresó, tras cuatro horas de consultas a puertas cerradas, su “profunda decepción” de que los reiterados llamados a un fin de los enfrentamientos no hayan tenido eco.

Los 15 integrantes del Consejo “llaman a un cese del fuego inmediato y sin condiciones que lleve a un cese del fuego duradero basado en la propuesta egipcia” de mediación, dijo el representante permanente adjunto de Ruanda, Olivier Nduhungirehe, que desempeña la presidencia rotativa del Cuerpo en julio.

“Mientras, preconizan la utilización de pausas humanitarias”, agrega el texto. Los países miembro de la ONU también son invitados a financiar el llamado al aporte de fondos lanzado por la UNRWA (Agencia de la ONU para la ayuda a los refugiados palestinos).

El Consejo hizo asimismo referencia a su precedente declaración, que data del 28 de julio que ya reclamaba un cese del fuego, lamentando que no haya tenido efecto y exigió que sea aplicado.

Antes, los miembros del cuerpo ejecutivo de Naciones Unidas habían escuchado las expresiones de alarma de dos altos funcionarios de la ONU sobre la grave situación humanitaria en Gaza.

El jefe de la UNRWA, Pierre Krähenbühl, dijo que los palestinos en la Franja de Gaza están “al límite”. Las condiciones de vida en los refugios superpoblados de la ONU, que albergan a 220.000 personas “son cada vez más precarios”, en una situación sanitaria deplorable y riesgos de epidemias, explicó en audioconferencia desde Gaza.

La directora de operaciones humanitarias de la ONU Valerie Amos recordó “la obligación absoluta” de los beligerantes de proteger al máximo a los civiles y a los trabajadores humanitarios. “La realidad en Gaza hoy es que ningún lugar es seguro”, lamentó, recordando que 103 instalaciones de la ONU habían sido blanco de ataques desde el inicio del conflicto.

El bombardeo el miércoles de una escuela de la UNRWA en el campo de refugiados de Jabaliya (norte de la Franja de Gaza), una de las 83 escuelas de la ONU utilizada para acoger a los civiles que huyen de los combates, fue enérgicamente condenado por Naciones Unidas y en diversas capitales, incluida Washington.

La Casa Blanca dijo tener pocas dudas sobre que el ejército israelí haya sido el autor del ataque y llamó nuevamente al Estado hebreo a “hacer más” para proteger a los civiles.

Tras 24 días de un conflicto devastador entre el movimiento islamista Hamas e Israel, la cifra de palestinos muertos es de 1.397 y hay más de 8.100 heridos, la mayoría civiles, según los servicios de emergencia. Más de 245 niños figuran entre los muertos, según Unicef.

Israel, en tanto, ha perdido 56 soldados desde que se inició la ofensiva terrestre el 17 de julio en los alrededores de Gaza, mientras que los cohetes palestinos han dejado tres civiles muertos, dos israelíes y un tailandés, desde que comenzó el conflicto.