La Unión Europea (UE) resolvió este martes castigar a la economía rusa para que Vladimir Putin cese su respaldo a los separatistas del este de Ucrania, donde continuaba la ofensiva de las tropas leales a Kiev con bombardeos que dejaron al menos 22 muertos civiles.

Los 28 países miembros decidieron por primera vez adoptar medidas económicas y restricciones comerciales contra Rusia, cuando hasta ahora se limitaban a congelar los haberes y prohibir de visados a responsables políticos y de seguridad rusos o ucranianos.

Con esta nueva serie de sanciones el bloque da un paso mayor ya que apunta a sectores económicos rusos para hacer plegar al presidente ruso Vladimir Putin.

Las medidas concretas, que aún no fueron anunciadas en detalle, consistirían en una restricción al acceso de los bancos públicos rusos al mercado de capitales europeo, una veda, no retroactiva, a la venta de armamento a Rusia, la restricción de la exportación de tecnología con doble uso (civil y militar) y aquella destinada a la explotación de los hidrocarburos no convencionales.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, anunció al mismo tiempo este martes que Estados Unidos preparaba nuevas sanciones contra Rusia. Washington ya impuso sanciones económicas a Rusia vedando el acceso a su mercado de capitales a empresas rusas.

La UE dio este nuevo paso para castigar a Moscú, giro que adoptaron tras el derribo del avión de Malaysia Airlines en el este de Ucrania, a conciencia del costo que tendrá para la propia economía del bloque, en el que varios países tienen estrechos vínculos comerciales con Rusia. El comercio bilateral representó en 2013 336.000 millones de euros, con una balanza favorable a Moscú a altura de 87.000 millones.

“Los dirigentes europeos son conscientes de los riesgos de represalias por parte de Rusia, pero ya han tomado sus decisiones después de una acción imperdonable y de la manera en que el presidente Putin manejó la situación” dijo a la AFP una fuente diplomática, al referirse al derribo del avión.

Incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI), que la semana pasada revisó a la baja sus previsiones de crecimiento para 2014 de 3,7% a 3,4%, en parte debido a la crisis en Ucrania, advirtió que las sanciones podrían tener repercusiones en los países de la región que tienen vínculos comerciales “muy activos y muy directos” con Rusia.

Continúa la ofensiva

En el terreno, las tropas leales a Kiev intensificaron su ofensiva los últimos días y reivindicaron este martes la toma del pueblo de Stepanivka, a unos 80 km al este de Donetsk. Esta zona, situada entre la frontera rusa y el lugar donde cayeron los restos del Boeing malasio, es escenario de violentos combates.

La intensidad de los enfrentamientos bloqueó por tercer día seguido el acceso de los investigadores internacionales al lugar donde el 17 de julio cayó al aparato con 298 pasajeros a bordo, derribado por un misil.

El gobierno holandés instó al presidente ucraniano, Petro Poroshenko, a detener los combates cerca de ese emplazamiento. Según Rusia, la ofensiva es violatoria de la resolución votada por la ONU después del drama.

En Gorlivka, bastión separatista a unos 45 km al norte de Donetsk, al menos 22 civiles, entre ellos tres niños, murieron en las últimas 24 horas por disparos de artillería, indicó la administración regional en un comunicado, precisando que el ataque dejó también 43 heridos.

La ONU criticó el uso de armas pesadas por parte de ambos bandos, en los tres meses de un conflicto que dejó ya más de 1.100 muertos en esta exrepública soviética.

Fuertes explosiones se oyeron además durante la madrugada y cerca del mediodía del martes en Donetsk, comprobaron periodistas de la AFP.

En Lugansk, otro bastión separatista, las autoridades locales informaron de la muerte de cinco civiles.

Los insurgentes reconocieron el lunes haber perdido el control de parte de las zonas de Snijné, Shajtarsk y Torez, situadas al este de Donestsk, a menos de 30 kilómetros del lugar de la catástrofe aérea.

El Estado Mayor del ejército ucraniano indicó que contingentes de “separatistas locales con sus familias” se preparaban a evacuar el territorio ucraniano, pero que “en las ciudades liberadas sigue habiendo muchos combatientes [separatistas] con importantes reservas de armas y municiones”.

La escalada de violencia se acrecentó después de derribo del avión malasio que iba de Amsterdam a Kuala Lumpur, un hecho que según la ONU puede ser considerado como “un crimen de guerra”.

El gobierno ucraniano y los países occidentales acusan a los separatistas de haber ocasionado el drama y a Rusia de armar a la rebelión.

Observadores de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) tienen previsto desplegarse este martes en el sur de Rusia para iniciar una misión de vigilancia de dos pasos fronterizos con Ucrania, por los que pudo haber envíos de armas.