El juez federal de Nueva York, Thomas Griesa, instruyó el martes a Argentina y los fondos especulativos con sentencia a favor por bonos impagos de la deuda soberana del país sudamericano a negociar de manera urgente para evitar un default de Buenos Aires a fin de mes.

Durante una audiencia en los tribunales del sur de Manhattan, Griesa no dio lugar al pedido de los abogados de Argentina para suspender la aplicación de su fallo ratificado en junio por la Corte Suprema estadounidense, una decisión esperada.

Al final de la audiencia, el mediador designado por Griesa, Daniel Pollack, convocó a una nueva reunión entre las partes el miércoles por la mañana para buscar una solución al conflicto, a días de un vencimiento que de no ser cubierto podría llevar al Argentina a una nueva cesación de pagos.

“Un default es la peor cosa. No quiero eso. La gente sufrirá las consecuencias; no los buitres, gente de verdad sufrirá las consecuencias”, dijo Griesa a las partes.

“Espero que las partes trabajen de manera continua. No hay mucho tiempo (…). Lo más importante es evitar un default al final de julio. Creo que puede haber una solución”, afirmó el magistrado, en un inusual tono conciliador buscando acercar posiciones.

Griesa emitió una orden el pasado 27 de junio para impedir a Argentina pagar un tramo de su deuda reestructurada, al considerar que debe cancelar al mismo tiempo sus obligaciones con NML Capital y otros fondos especulativos, según un fallo por un monto total de 1.330 millones de dólares.

Esos fondos, que Buenos Aires llama “buitres”, compraron bonos en default y luego litigaron en la justicia para cobrar el 100% del valor más intereses atrasados, rechazando entrar en los canjes de deuda efectuados por Argentina en 2005 y 2010 con quitas de hasta un 70% sobre el valor nominal y que tuvieron una aceptación del 93% de los acreedores.

Con el fallo de Griesa firme tras la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos, Argentina giró el 26 de junio al Bank of New York Mellon (BoNY) el pago que los tenedores de bonos reestructurados debían percibir hacia fines del mes pasado, 539 millones de dólares que el juez bloqueó.

De no realizarse ese pago antes de que venza el plazo de gracia el 30 de julio, el país entraría en un default técnico, diferente al colapso total de fines de 2001 pero de consecuencias imprevisibles para su economía.