Los fondos especulativos buscan empujar a Argentina a una nueva suspensión de pagos, como en 2001, para obligar al país a sobreendeudarse y desprenderse de sus mayores recursos estratégicos, afirmó este jueves el gobierno.

El “verdadero interés” de los fondos especulativos que ganaron un juicio en Estados Unidos contra Argentina “es la apropiación de recursos estratégicos del país como Vaca Muerta”, una de las mayores reservas de hidrocarburos no convencionales del mundo, afirmó el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich en rueda de prensa.

Argentina fue sentenciada a pagar 1.330 millones de dólares a fondos especulativos que ganaron un juicio en Nueva York tras rechazar quitas de hasta 70% propuestas en canjes de deuda en 2005 y 2010, aceptadas por 93% de los acreedores.

El fallo del juez estadounidense Thomas Griesa obliga al país sudamericano a pagar a los fondos litigantes al mismo tiempo que a sus acreedores reestructurados, para quienes Buenos Aires ya depositó los fondos el mes pasado pero el pago fue bloqueado por el mismo juez.

Si Argentina se rehúsa a pagar el 30 de julio, último vencimiento, los 1.330 millones de dólares a los fondos, tampoco podrá abonar a los bonistas reestructurados, porque así lo dispuso el juez como forma de evitar el desacato.

Por lo tanto los próximos días son cruciales para Argentina, que en menos de 15 días podría enfrentar una ola de multimillonarias querellas o incurrir en una moratoria.

En un aviso pago publicado este jueves en los principales diarios del país, el gobierno afirma que “mediante una maniobra los fondos buitres quieren poner el país contra la cuerdas”.

Argentina llama “buitres” a los fondos que compraron la deuda en default y buscan cobrar el 100% del valor nominal.

Según el gobierno, “cuando los recursos financieros no son suficientes los países deben recurrir como Argentina hizo en el pasado a hipotecar sus activos estratégicos y sus recursos naturales”.

Argentina necesita fuertes inversiones en Vaca Muerta, un yacimiento de 30.000 km2 ubicado en el suroeste del país y considerado una de las mayores reservas mundiales de esquistos bituminosos (shale-oil y shale-gas), que está en la mira de varias petroleras transnacionales.