La selección alemana de fútbol se tituló campeona de la Copa del Mundo Brasil 2014, luego de derrotar 1-0 en la final a su similar de Argentina. El gol de Mario Götze en el segundo tiempo del alargue le dio a los teutones su cuarto título, luego de los obtenidos en 1954, 1974 y 1990.

El técnico Alejandro Sabella finalmente repitió oncena respecto de la semifinal, dejando en el banco al sentido Ángel Di María. Por el lado alemán, Löw debió realizar una modificación de emergencia, reemplazando a un lesionado Khedira por el joven Kramer.

El duelo comenzó con una Alemania presionando a su rival, usando preferentemente la zona derecha de su ataque. Así llegaron un par de desbordes de Müller que no fueron bien finalizado. Pero esa búsqueda europea también repercutía en su defensa: cada vez que los trasandinos lograban pasar el mediocampo, se encontraban con una zaga abierta, lista para ser aprovechada en algún contraataque. Así se vio en un par de oportunidades, donde Messi encaró y superó en velocidad a Höwedes y Hummels.

Eso sí, lo primero claro de ambos equipos llegó a los 20′ y no fue por un ataque elaborado. Un errado cabezazo hacia atrás de Kroos dejó sólo a Higuaín, quien mano a mano con Neuer definió con un derechazo mordido que se fue a un costado del vertical derecho. Era el primero de la ‘Albiceleste’.

Los minutos siguiente mantenían el dominio del balón de los teutones, con un Lahm permanentemente en ataque y sin que Pérez lo siguiera con éxito. Pero todo terminaba en centros fáciles de rechazar para los defensores. Por el otro lado, el desorden defensivo alemán era cada vez más evidente, lo que facilitaba las veloces réplicas de Lavezzi y Messi. Higuaín abría la cuenta a los 30′, pero estaba en posición de adelanto, lo que fue bien sancionado por el juez asistente.

Löw debió seguir modificando el dibujo táctico, luego que Kramer debiera salir tras recibir un golpe en su cabeza, ingresando Schürrle. Eso obligó a una serie de movimientos, que incluyeron el retraso de Kroos y mayores obligaciones de Özil en recuperación, lo que configuró una línea media que ganó en ataque,pero perdió equilibrio, orden y coberturas defensivas.

Messi entró por izquierda, pero su centro atrás fue rechazado por Boateng cuando aparecía Higuaín. Remates de Schürrle y Kroos, ambos controlados por Romero marcaron algo de claridad para los europeos, antes que 45+2′ Höwedes cabeceara limpio tras un córner, pero la pelota rebotara en el vertical derecho. Con esa emoción llegó el final del primer tiempo.

Tras el descanso, Sabella determina el ingreso de Sergio Agüero por Lavezzi, leyendo que el desorden alemán no podría cambiar sólo por el trabajo de Schweinsteiger. Así con tres volantes centrales, el trío compuesto por Messi (centralizado) más el ‘Kun’ e Higuaín podría jugar a las espaldas. Y a los pocos minutos pudo dar dividendos, cuando Messi ingresó al área con ventaja, pero su zurdazo se fue apenas desviado.

Y así fueron pasando los minutos. Los europeos entendieron que debían ordenarse para evitar riesgos, lo que llevó a bajar el ritmo de juego. Un pase de Müller dejó en ventaja a Höwedes a los 78′, pero éste no supo definir y luego Kroos remató desviado luego de una de las pocas buenas jugadas de Özil. Por su parte, un par de arranques de Messi parecieron llevar riesgo, pero quedaron en nada. El cero se mantuvo y fue necesario llegar al alargue.

La prórroga comenzó con todo, cuando al minuto Romero debió rechazar un tiro de Schürrle, mientras a los 96′ Palacio quiso superar por arriba a Neuer, pero desvió totalmente.

Cuando todo parecía encaminado a la serie desde el punto penal, llegó el minuto 112. Una corrida por la izquierda de Schürrle finalizó con un centro. Inexplicablemente para un equipo que hizo de la seguridad defensiva su principal atributo, Götze estaba sólo en plena área, lo que le permitió controlar con el pecho y definir con suave toque de zurda ante la salida de Romero. Apertura de la cuenta que desató la euforia de los alemanes y la frustración argentina.
Los trasandinos intentaron ir por la heroica, pero el cansancio y el tiempo jugaban en contra.

Y llegó el pitazo de Rizzoli. Alemania se quedó con el título y suma su cuarta corona mundial. Los de Löw fueron a la larga el equipo más regular en el torneo, con puntos altos de juego en los duelos con Portugal y Brasil. Desazón argentina, que estuvo cerca de conseguir el campeonato basado en el orden táctico y un crecimiento a lo largo de los partidos, pero que no bastó para superar al justo campeón.