Holanda venció a Brasil por 3-0, en la definición por el tercer puesto de la Copa del Mundo 2014. Los naranjas cerraron una buena participación en el torneo, aunque sin brillar, mientras el local sufrió un nuevo golpe.

Tras la impresentable actuación de las semifinal, Luiz Felipe Scolari decidió realizar seis modificaciones, las que incluyeron el retorno del capitán Thiago Silva y el debut del lateral Maxwell. Por el lado holandés, la principal novedad pasó por la inclusión de emergencia de Jonathan De Guzmán por Wesley Sneijder, que se lesionó en el calentamiento previo.

El público que asistió al Estadio Nacional ‘Mané Garrincha’ apostaba por un equipo que intentaría mejorar la imagen dejada en el Mineirao, pero la esperanza se esfumó rápido. A los 2′ Robben le ganó el duelo aéreo a David Luiz y pivoteó para Van Persie. El ’9′ resistió la carga de la defensa y giró para habilitar nuevamente a Robben, quien se iba de cara al arco local. Thiago Silva lo tomó de la camiseta antes de entrar al área, pero el juez Haimoudi sancionó penal y le exhibió tarjeta amarilla al defensa, que debió ser expulsado. Doble error. El tiro fue convertido en gol por Van Persie a los 3′ para abrir la cuenta.

A partir del primer tanto, el fantasma de una nueva goleada apareció para el pentacampeón del mundo, que mostró nuevamente a un mediocampo sin peso en la recuperación junto a una defensa que reaccionaba lenta y equivocada a los ataques rivales. Un muestra de ello fue lo ocurrido en el minuto 17: desborde por la derecha de Robben que saca un centro, increíblemente David Luiz rechaza hacia el medio del área y le entrega el balón a Daley Blind, quien tiene tiempo para controlar, acomodar y rematar con pie derecho ante un Julio César que no pudo hacer nada. Segundo gol de los europeos.

La ventaja le dio a Holanda el escenario ideal para apostar por el estilo de repliegue y contraataque que ocupó en la mayor parte del torneo. Por su parte Brasil, sin un rival que lo presionara en la salida, pudo recomponer en algo su juego, liderados por Óscar, quien obligó a Cillessen a una buena intervención. Centros en plena área tulipán que no fueron conectados pusieron riesgo para la ‘verdeamarela’ sobre el final de la primera mitad.

El complemento continuó con intención brasileña de buscar el descuento, mientras la ‘Oranje’ disponía de espacios para una veloz respuesta liderada por un Robben que está vez si fue duramente golpeado ante la pasividad del juez argelino. Un tiro de Ramíres a los 59′ que se fue apenas desviado fue lo más claro de los de Scolari durante esos minutos.

Un par de penales reclamados por los jugadores locales encendieron los ánimos, pero el equipo arbitral acertó en no sancionar. ‘Felipao’ enviaba a Hulk al campo, en busca de darle poder a un ataque pobre que tuvo en Jo al exponente máximo de la intrascendencia. Un jugador de trayectoria mediocre, que inexplicablemente terminó siendo parte de la lista final de la selección más ganadora de la historia en una Copa del Mundo y que no obligó a ningún esfuerzo a la fuerte zaga holandesa, que estaba cómoda en su posición retrasada en el campo.

Ya en los descuentos, vino el tercer tanto para los de Van Gaal. Combinación entre Robben y Janmaat, quien desborda por derecha y mete centro atrás. El balón es impactado por Georginio Wijnaldum, quien con un tiro de primera batió a Julio César y puso cifras definitivas.

Así llegó el final del juego. Holanda termina su participación invicta, pero con el mal sabor de boca de haber caído por en serie de tiros desde el punto del penal ante Argentina, quedando para la revisión la falta de osadía en momento definitorios del duelo frente a los trasandinos.

Por el lado de Brasil, la definición no puede ser otra que decepcionante. Un equipo que no fue capaz de sostener emocionalmente la presión de jugar de local y que dentro de la cancha nunca exhibió un estilo de juego claro, dependiendo principalmente de inspiraciones individuales para salvar los partidos. De mediocre paso por la fase de grupos, estuvo al borde de la eliminación ante Chile y sólo mejoró ante una tímida Colombia, pero los duelos ante rivales de peso dejaron a la vista el escaso trabajo en conjunto.