Miles de argentinos invaden Río de Janeiro ilusionados con la coronación de la selección de Lionel Messi el domingo en el mítico Maracaná, la fortaleza del fútbol brasileño que ha dejado lugar a su archirrival.

Unos 100.000 argentinos se espera que lleguen a Río en vuelos charters especiales, automóviles y en caravanas de vehículos desde Sao Paulo, donde la ‘Albiceleste’ logró el pase a la final en la tanda de penales ante Holanda.

Las autoridades de Río han habilitado la Plaza del Apoteosis, donde finaliza el Sambódromo de los desfiles del Carnaval, para que los argentinos estacionen sus vehículos que estaban llegando sin cesar la noche del jueves, constató un videorreportero de la AFP.

Antes se había completado la capacidad del Terreirao do Samba, una gran plaza en el centro de Río donde se celebran conciertos durante el carnaval.

Más de 400 vehículos habían partido desde Sao Paulo el jueves en un trayecto de unas seis horas por carretera.

La mayoría de los argentinos llegan sin entradas para la final pero igualmente sienten que estando en la ciudad del encuentro pueden ser protagonistas de primera mano de una eventual celebración.

Alrededor de 26.000 agentes de la seguridad pública brasileña y de las Fuerzas Armadas se desplegarán por el duelo, según anunció el ministro de Justicia.

A los jugadores argentinos, concentrados en el campo de base de Cidade de Galo cercano a Belo Horizonte, les resulta difícil no contagiarse con la euforia de los hinchas de cara a la gran final contra la poderosa Alemania.

“Alemania es un rival muy duro, muy agresivo. Si nosotros estamos bien le podemos ganar a cualquiera. Lo que me interesa es salir campeón, es el sueño que todos los argentinos tenemos”, afirmó el volante Maxi Rodríguez en conferencia de prensa.