Argentinos y brasileños se profesan odio en las canchas de fútbol pero la eterna rivalidad deportiva fue puesta de lado en las últimas décadas por gobernantes que apuestan por la sociedad económica y el refuerzo de los lazos políticos más allá de los vaivenes comerciales.

La provocación y la enemistad entre las hinchadas ‘albiceleste’ y ‘verdeamarelha’ se fue haciendo más evidente a medida que sus equipos pasaban de ronda durante el Mundial de Brasil y ambas aficiones se prometían vencerse en una final sudamericana.

Pero el odio eclosionó con la catastrófica goleada que Alemania le propinó al anfitrión (7-1) que lo marginó de la final, a la que sí llegó Argentina, tras superar a Holanda en tanda de penales.

Pese a que Alemania fue su verdugo, la rivalidad pudo más y la verdeamarelha se vistió de naranja el miércoles y se pintará de blanco el domingo, según anticipa la prensa brasileña.

Los argentinos se preocupan de su lado en burlar a los anfitriones: “¡Brasil decime qué se siente tener en casa a tu papá!”, en referencia a una superioridad en los enfrentamientos mundialistas.

 AFP PHOTO / PATRIK STOLLARZ

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Sin embargo, nunca antes los gobiernos de los dos países tuvieron mejores relaciones como en la última década, lo que contribuyó al Mercosur, que integran junto a Paraguay, Uruguay y Venezuela, además de favorecer la constitución de la Unasur, una alianza regional más política que económica.

Los ex presidentes Luis Inacio Lula Da Silva (2003-2010) y su colega argentino, el fallecido Néstor Kirchner (2003/2007), sellaron una amistad personal y una alianza política que prosigue con sus respectivas sucesoras, Dilma Rousseff y Cristina Kirchner.

“Argentina y Brasil son dos países que han mejorado muchísimo sus relaciones no sólo en el plano macroeconómico sino en el terreno cultural”, explicó a la AFP el politólogo y sociólogo argentino Atilio Borón, doctorado en la universidad de Harvard.

Para este politólogo “es fenomenal cómo han cambiado las relaciones si uno toma la perspectiva de los últimos 25 años”.

- Matrimonio por conveniencia -

Ambas presidentas han intercambiado expresiones de solidaridad en las circunstancias adversas que han atravesado a lo largo de sus respectivas gestiones, sin embargo la relación comercial entre los principales socios del Mercosur no ha estado exenta de dificultades, en un contexto internacional adverso.

“La alianza entre Brasil y Argentina es un poco como un matrimonio por conveniencia”, sostuvo Borón.

“Hay conveniencias para la integración. Los intelectuales brasileños más sofisticados vienen diciendo que Brasil, un líder de América latina, no puede enfrentar en soledad los grandes desafíos que hoy se presentan a nivel global”, señaló el experto argentino al hablar del principal socio comercial de su país: Brasil.

En 2013, el comercio bilateral superó los 36.000 millones de dólares, con saldo positivo de 3.152 millones para Brasil, en el marco de una retracción del mercado que en un 80% se concentra en vehículos.

En el primer semestre de 2014, el comercio bilateral perdió en torno al 20%, debido a la caída de 19,8% en las ventas brasileñas a Argentina, y de 19,4% en el sentido contrario, según datos del ministerio de Industria y Comercio de Brasil.

Pese a la renovación de un acuerdo bilateral automotor a principios de julio, la caída de las ventas de un lado y del otro de la frontera perjudica a un sector crucial de la economía y principal motor industrial en la reactivación económica de la última década en Argentina.

El acuerdo de comercio automotor entre ambos países fue el origen en 1986 del Mercosur y actualmente el 86% de la producción automotriz argentina se dirige al país vecino.

Los principales productos que Brasil dejó de exportar a su vecino fueron vehículos y autopiezas, mientras que Argentina bajó las ventas de sus autopiezas, trigo, naftas, maíz y frijoles.

Tercer socio comercial de Brasil, detras de Estados Unidos y China, Argentina es clave para la balanza comercial brasileña, ya que normalmente adquiere 20% de sus productos manufacturados. En el sentido contrario, la dependencia es mayor aún.

Invitada por Rusia, Argentina participará la semana próxima de la cumbre de los BRICS, las potencias de los países emergentes que hasta el momento tenía como único representante sudamericano a Brasil.