Trastornos emocionales, del sueño y agresividad en el convivir son parte de los efectos que dejó el incendio del pasado 12 de abril en cientos de niños que vieron perder sus hogares a causa del fuego en Valparaíso.

El hecho fue analizado por especialistas y profesionales ligados a la salud en el taller de apoyo psicosocial en situación de catástrofe, iniciativa que se replica no solo en la ciudad puerto, sino también en Arica e Iquique tras los efectos del terremoto.

Karen Jeria, encargada de salud mental del consultorio Jean Marie Terrie, comentó que el mes posterior a la tragedia en la parte alta surgieron los trastornos en el comportamiento.

Soledad Larraín, encargada del Área de Protección de Unicef, sostuvo que teniendo en cuenta los efectos directos en la salud de los niños, hay conciencia que antes del incendio, algunos sectores mantenían precarias condiciones de vida y evidenciaban falta de oportunidades.

Carolina Maripangui, en representación de la Asociación Chilena Pro Naciones Unidas, se mostró preocupada por la situación y destacó el impacto que generó el hecho en la opinión internacional, subrayando que los efectos posteriores deben ser vigilados.

Más de 280 niños han recibido atención en todos los ámbitos, proveniente de los cerros afectados por el incendio, dejando en evidencia que al pasar las necesidades de tipo material se debe enfatizar en el equilibrio emocional.