64 años después del mítico ‘Maracanazo’, Brasil vivió una nueva catástrofe futbolística en casa, luego que Alemania lo goleara sin contemplaciones por 7-1, en duelo por las semifinales de la Copa del Mundo 2014.

El inicio del encuentro mostró a un elenco brasileño decidido a marcar diferencias. Con una dupla integrada por Fernandinho y Luiz Gustavo presionando con consistencia desde el mediocampo más las pasadas de Maicon y Marcelo por las bandas, los pentacampeones amenazaban con tener una nueva jornada de gloria, ante una Alemania que lucía incómoda.

Pero a los 11′ llegó el primer golpe…y no fue de Brasil. Tras un córner desde la derecha servido por Kroos, Thomas Müller apareció inexplicablemente solo en el área brasileña y con un derechazo de volea batió a Julio César. El partido cambiaba su formato.

Los dirigidos por Luiz Felipe Scolari sintieron el tanto y bajaron el ritmo, aunque el duelo seguía siendo parejo. Por lo mismo, lo que ocurrió entre los siguientes minutos pareció fuera de contexto, en una muestra más de los cambiante y extraño que puede ser el fútbol.

A los 23′, una jugada combinada le permitió a Özil habilitar a Miroslav Klose, quien remató con pie derecho. La pelota fue rechazada por Julio César, pero el rebote fue capturado nuevamente por el goleador, quien ahora si marcó el segundo y se transformó en el máximo anotador en la historia de los mundiales.

La desgracia brasileña se profundizó con los goles de Toni Kroos (24′ y 26′) y Sami Khedira (29′). Un golpe al corazón de los 58 mil espectadores que asistieron al estadio Mineirao de Belo Horizonte y también para un país que esperaba una celebración y vivía una película de terror.

El segundo tiempo mostró a un elenco local que quería buscar un gol que atenuara en algo la humillación, pero Manuel Neuer respondió con eficiencia en la portería alemana. Y con espacios, los teutones aprovecharon para ampliar la humillación. Andre Schürrle a los 69′ y 79′ puso cifras históricas, mientras Oscar descontó a los 90+1′ para decorar el resultado final.

Triunfo, goleada y clasificación para Alemania, que mostró un nivel altísimo de eficacia frente al arco rival para anotarse en la final del torneo. Derrota, humillación y dolor para Brasil que vio como un torneo fue preparado para ser una fiesta y terminó siendo nuevamente la peor pesadilla, como hace 64 años.