Autoridades hondureñas suspendieron este lunes por el momento la búsqueda de ocho mineros que quedaron atrapados el miércoles por el derrumbe de una mina de oro en el sur del país, ante el temor de que ocurra una tragedia con los socorristas.

Aníbal Godoy, el geólogo que dirigía las operaciones, indicó en entrevista telefónica a la AFP que las autoridades evaluaron este lunes el riesgo a que se someten los rescatistas y se decidió “la suspensión por un tiempo prudencial” -que no precisó- de las labores de rescate.

“Tomamos la decisión del cese de inmediato de todas las actividades en la mina, incluso la búsqueda de los mineros y ya nos estamos retirando de la zona”, afirmó Godoy.

“Por sacar a las víctimas podría haber más víctimas. No soy adivino pero en horas, semanas o meses el cerro se va a derrumbar”, advirtió Godoy, quien sugirió que se desista definitivamente de la búsqueda, aunque la estatal Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) aún no lo decidió.

Uno de los mineros más experimentados de la zona, Esteban Estrada, pretende desafiar la orden y dijo a radioemisoras locales que un grupo de mineros continuará la búsqueda.

“Lo importante es encontrarlos, solo Dios sabe si están vivos o no”, afirmó Estrada, tras lo que Godoy aseguró que si ese grupo insiste lo hará bajo su propia responsabilidad.

UNA PESADILLA

El accidente se produjo el miércoles después del mediodía al derrumbarse uno de los túneles de las minas artesanal de oro en San Juan de Arriba, municipio de El Corpus, en el departamento de Choluteca, a 160 km del sur de Tegucigalpa.

Tres de los once mineros lograron salir con vida el viernes después de un rescate desesperado en el que los socorristas sacaron tierra y piedras con sus propias manos, porque si utilizaban maquinaria podrían propiciar más derrumbes.

Bayron Maradiaga, uno de los sobrevivientes, afirmó que no volverá “jamás” a ese trabajo y relató que tiene pesadillas en las que escucha voces de sus compañeros que quedaron en el interior de la mina.

“No puedo dejar de pensar en mis otros compañeros”, declaró al diario El Heraldo otro sobreviviente, Brayan Escalante, aunque dijo que se siente “feliz por estar con vida”.

Los sobrevivientes están recibiendo tratamiento psicológico, precisó el médico que los atiende en una clínica en la ciudad de Choluteca, Ricardo Andino.

FAMILIARES SE RESIGNAN

Familiares de los mineros han comenzado a resignarse e instalaron en sus humildes viviendas altares para velarlos. “Estamos con dolor porque perdemos a un ser querido y lamentamos mucho su muerte”, expresó a un medio local un familiar de uno de los mineros, Emilio Muñoz, de 42 años.

Los rescatistas que penetraron en el túnel llegaron hasta un lugar donde se percibía un mal olor, según los bomberos.

“El olor fétido se siente y cada vez que vamos avanzando es más fuerte. Para mi son (de) restos de un ser humano pero no podemos decir si allí están las ocho personas”, afirmó al diario La Tribuna el mayor de bomberos Marco Antonio Artica.

En declaraciones a la estación local HRN, Godoy insistió en que “no hay cómo llegar” a la zona donde estarían los ocho mineros.

“Definitivamente no podemos arriesgar más vidas”, sentenció el experto, al explicar que por “la mala práctica minera siguen colapsando los túneles” y hay “demasiado riesgo” para los rescatistas que han estado trabajando en las operaciones.