Tres extremistas judíos confesaron haber matado a un joven palestino, que fue quemado vivo en Jerusalén, en momentos en que el enfrentamiento entre Israel y el Hamas corre el riesgo de convertirse en un conflicto generalizado.

La crisis ha generado divergencias en la coalición que gobierna en Israel. Así, el ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, un halcón ultranacionalista, anunció el lunes que rompía su alianza con el partido Likud del primer ministro Benjamin Netanyahu, aunque sin abandonar el gobierno.

“Tres de los seis sospechosos detenidos han confesado haber asesinado y quemado a Mohamed Abu Jdeir, y realizaron una reconstitución del crimen” frente a los policías, dijo a la AFP una fuente cercana al caso, que requirió el anonimato.

Seis jóvenes extremistas judíos habían sido detenidos el domingo en este caso. Se los acusa de pertenecer a una “organización terrorista”, de haber cometido un secuestro, un homicidio de menor y de poseer armas, así como de haber cometido un crimen por un “motivo nacionalista”, indicó el portal internet de información Ynet.

Mohamed Abu Jdeir, de 16 años, fue secuestrado el 2 de julio en Jerusalén Oriental, la parte de la ciudad ocupada y anexada por el Estado de Israel. Su cadáver, que estaba totalmente calcinado, según el abogado de la familia, fue hallado horas después cerca de un bosque, en la parte occidental de la ciudad.

Tras descubrirse el cuerpo del adolescente, palestinos habían acusado a ultraderechistas judíos de haberlo secuestrado y matado para vengarse, tras el secuestro y el asesinato de tres estudiantes israelíes en la región de Hebrón, en Cisjordania ocupada.

El Estado de Israel atribuyó a Hamas estos secuestros y asesinatos, pero el movimiento islamista palestino negó estar involucrado en el rapto, si bien dijo apoyar “cualquier acto de resistencia contra la ocupación israelí”.