La fobia es uno de los padecimiento siquiátrico más comunes ya que afecta casi el 10% de la población mundial. Abarca desde miedos a procedimientos médicos, animales potencialmente peligrosos, espacios cerrados y situaciones de riesgo.

Según especifica MedlinePlus, la enciclopedia médica de la Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU, la fobia se manifiesta cuando una persona se ve expuesta al origen de su miedo con cuadros de ansiedad que incluso pueden derivar en crisis de pánico, sudoración excesiva y aumento en el ritmo cardíaco.

Respecto a una eventual solución, los expertos acuden a técnicas como la desensibilización sistemática, es decir, exponer de manera gradual al paciente a su fobia, terapias conductuales y el uso de ansiolíticos y antidepresivos. En todo caso, los especialistas recomiendan a quienes padezcan alguna fobia a buscar tratamiento médico, especialmente si ésto les impide desempeñarse de manera normal en la vida diaria.

Comúnmente las fobias se originan en situaciones traumáticas vividas durante la niñez, cuyos resultados quedan de manifiesto una vez adulto.

De acuerdo a los expertos, existen más de 500 fobias, siendo las más comunes la agorafobia, que es el miedo a los lugares públicos, y la claustrofobia, relacionado con los espacios cerrados.

Pero también hay algunas insólitas o poco comunes, que a veces pasan desapercibidas incluso para quienes las padecen.

Tripanofobia: Se trata de una fobia bastante típica que tiene relación con el miedo a la agujas, o cualquier procedimiento médico que incluya inyecciones. Incluso, puede ir más allá incluyendo cualquier objeto filoso.

Venustrafobia: Es el temor y rechazo a mujeres atractivas. También conocidos como caliginefóbicos, este tipo de personas generalmente evitan relacionarse con quienes destacan por su buen parecido, ante el riesgo de no resultar lo suficientemente interesante y ser ignorados.

Ailurofobia: Algunos creen que ver cruzar un gato negro es un mal augurio, pero a otros les genera pavor ver a estos animales, incluso si es a través de fotografías o videos. Entre los principales factores que originan este miedo, está la agresión por parte de algún minino durante la infancia.

Ergofobia: Si sientes un temor excesivo a una entrevista de trabajo o al primer día de trabajo, sufres ansiedad cada vez que piensas en la idea de acudir a laborar, puede que estés padeciendo esta fobia. No obstante, se debe separar el temor propio de enfrentar un desafío nuevo, a sentir un miedo irracional.

Nomofobia: Esta palabra tiene su origen en la expresión “no-mobile-phone-phobia”, lo que da luces de a qué se refiere. Si entras en pánico cuando comienza a agotarse la batería de tu teléfono móvil, o te sientes particularmente ansioso si no tienes tu celular a mano, podrías estar padeciendo esta fobia.

Coulrofobia: Si bien es bastante común en niños, no son pocos los adultos que entran en pánico cada vez que ven un payaso. Al igual que muchas de las fobias, su origen tiene que ver con algún trauma vivido en la infancia.

Ablutofobia: Si alguien siente rechazo a estar aseándose de manera regular, podríamos hablar de alguien descuidado en su higiene personal, sobre todo en el caso de los adolescentes. No obstante, si se trata de un miedo irracional a meterse a una ducha o efectuar alguna actividad que incluya lavar, podríamos sospechar de esta fobia.

Taphefobia: Es común que algunos le teman a la muerte, aunque otros llevan su miedo más allá hasta el ser enterrado vivo. ¿Te imaginas despertar encerrado en un ataún a unos metros bajo tierra sin tener cómo escapar?

Philemafobia: En general besar es una práctica común de ver en cualquier sitio, aunque algunos por pudor prefieren no ser tan demostrativos. Sin embargo hay personas que no sólo temen hacerlo en público, sino que simplemente no pueden hacerlo debido a esta particular fobia.

Dendrofobia: Se trata de la aversión a los árboles y todo lo que se le relacione, como las hojas, los troncos o las ramas, por lo que pasar cerca de un bosque puede ser casi una tortura.