Líder del campeonato del mundo de Fórmula 1, el alemán Nico Rosberg intentará noquear delante del público británico a su principal rival y compañero de escudería Mercedes, el inglés Lewis Hamilton, en el Gran Premio de Gran Bretaña, el domingo en el circuito de Silverstone.

Este es un fin de semana en casa para la escudería Mercedes-AMG, situada en Brackley (chasis) y Brixworth (motores), y para el alemán todo va viento en popa: 29 puntos de ventaja sobre Hamilton tras su victoria en Austira, sin abandonos desde el inicio de la temporada y un promedio de 20 unidades anotados por cada Gran Premio.

Gran hincha del fútbol, Rosberg es un poco como la Mannschaft (selección alemana): aun cuando no juega bien y hay problemas, igual gana. Eso sucedió en Austria, donde la carrera se le complicó sobre un circuito exigente, pero terminó por desplazar de la punta a las Flechas de Plata.

“No fue fácil, pero al final terminamos haciendo un 1-2″, destacó el rubio Nico, que se sentía “un poco local” en el circuito de Spielberg, cerca de su Alemania natal. Pero este fin de semana también irá cómodo: el año pasado en el circuito del Northamptonshire se impuso.

- Rosberg controla bien -

“Fue casi mi cumpleaños (27 de junio), y después de mi victoria me subí al escenario y toqué un poco como con un grupo de rock en una entrevista, cuando todo el mundo se puso a cantarme el ‘Happy Birthday’ (feliz cumpleaños). Los fanáticos británicos son fantásticos, por eso me gusta mucho correr en Silverstone”, explicó Rosberg en un comunicado de Mercedes-AMG.

Después de varias carreras, a sus frescos 29 años Nico parece controlar bien la situación en el duelo casi psicológico con Hamilton. Cada palabra, cada gesto va a ser seguido de cerca por los medios de prensa de sus respectivos países, aunque el alemán por ahora parece no dar pasos en falso.

Pero Hamilton no piensa quedarse de brazos cruzados e intentará desestabilizarlo.

“Limité los daños en Austria y estoy feliz de correr en Silverstone este fin de semana porque los fanáticos son increíbles, los mejores del mundo”, estimó por su parte Hamilton, ganador en esta pista en 2008, bajo la lluvia, al frente de un McLaren, el año de su primer título mundial. “Definitivamente fue uno de los mejores momentos de mi carrera”, recuerda Lewis.

Ganar en Silverstone es un placer que siempre le esquivó a su excompañero de equipo Jenson Button, victima de una especie de maldición en este trazado. Pero esta vez espera cortar esa racha, sobre un McLaren más bien eficaz sobre los circuitos rápidos.

Tres veces ganador en Silverstone, el fantástico Nigel Mansell, campeón mundial en 1992, será el comisario de carrera de referencia, teniendo a su cargo el análisis del comportamiento de los pilotos sobre la pista. Y seguramente seguirá de cerca el duelo Rosberg-Hamilton que puede empezar a definir el campeonato, si Nico logra noquear a Lewis en su propia tierra.