El avance en Irak de los yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) “creó una situación sumamente peligrosa y precaria para los niños”, subrayó el martes Leila Zerrougui, representante especial de la ONU para la infancia y los conflictos armados.

Zerrougui dijo que recibió “informaciones preocupantes” sobre el reclutamiento de niños-soldados y recordó que el EIIL figuraba desde 2011 en una lista negra de Naciones Unidas en función, entre otros puntos, de sus ataques contra escuelas.

La funcionaria hizo sus declaraciones a la prensa al presentar el informe anual de sus servicios en 2013.

El documento da cuenta de las exacciones cometidas contra niños en 23 situaciones de conflicto en el mundo y acusa a siete ejércitos nacionales y 50 grupos armados de utilizar niños-soldados, fundamentalmente en República Centroafricana, República Democrática del Congo (RDC), Sudán del Sur y Siria.

Entre las evoluciones recientes figura la inclusión en la lista negra de la ONU del grupo islamista armado Boko Haram, responsable del secuestro de centenares de jóvenes mujeres en el norte de Nigeria.

En cambio, Chad fue eliminado de la lista, tras haber tomado una serie de medidas desde 2011 para evitar el reclutamiento de niños-soldados por el ejército. Yemen se comprometió a seguir ese camino en junio.

En Sudán del Sur, se lamentó Zerrougui, el conflicto desatado en 2013 entre los partidarios del presidente Salva Kiir y de su exvicepresidente Riek Machar “borró la mayoría de los avances realizados en la protección de los niños desde la independencia del país” hace tres años.

Tras una visita a Sudán del Sur, en mayo, la funcionaria de la ONU obtuvo el compromiso de los dos dirigentes rivales de renunciar a reclutar niños soldados, pero ambos permanecerán en la lista negra hasta que “no concreten sus promesas”.

En la República Centroafricana, este reclutamiento de niños-soldados “ha sido sistemático y los derechos de los niños han sido violados por todas las partes y en total impunidad” en 2013, sostiene el informe.

El documento pone el acento también en un recrudecimiento de los ataques contra establecimientos escolares y hospitales, en particular en Siria, Irak, Nigeria, Afganistán, República Centroafricana y la RDC.