El seleccionador nigeriano Stephen Keshi, el primer técnico africano de la historia en alcanzar los octavos de final de un Mundial, ha abierto la puerta a los preparadores del continente negro, a menudo eclipsados al más alto nivel por los europeos.

El triunfo en la Copa de África de las Naciones 2013 al mando de los Súper Águilas fue el primer gran éxito del seleccionador y además le sirvió para poner los puntos sobre las íes.

“Los blancos vienen a África simplemente por dinero. No hacen nada que nosotros no podamos hacer. No soy racista, pero esto es así”, dijo Keshi sobre aquellos técnicos que se toman su trabajo en el continente como si fuera un club de vacaciones.

Pero Keshi moderó sus palabras para evitar la polémica. “No tengo nada contra la idea de un entrenador blanco en África. Los entrenadores blancos son formidables pero no hace falta un entrenador mediocre, es todo lo que digo”, añadió.

‘The Big Boss’, su apodo en Nigeria, no tiene fama de contenerse verbalmente y sus muestras de carácter son habituales.

En 2006 sufrió una gran decepción cuando dirigía a Togo. Tras haberla clasificado para su primera Copa del Mundo, tres derrotas en la Copa de África de ese año le costaron el puesto. Fue sustituido por el austriaco Otto Pfister, que perdió los tres partidos de la primera fase del Mundial.

- Había presentado su dimisión -

En 2002 también se perdió la Copa del Mundo tras haber logrado la clasificación como ayudante de Shuaibu Amodu. El dúo fue reemplazado antes de la competición por Adegboye Onigbinde.

En Brasil-2014 por fin ha podido recoger los frutos de su trabajo. Pero el camino del ‘Big Boss’ no ha sido fácil: El día siguiente a ganar la Copa de África 2013, con la que se convirtió en el segundo vencedor de la competición como jugador y entrenador después del egipcio Mahmud El Gohary (muerto en 2012), Keshi presentó su dimisión.

Cansado de los atrasos en los pagos a él y sus ayudantes, decidió dejar el cargo, aunque finalmente dio marcha atrás.

No le ha podido ir mejor con el equipo nigeriano, culminando su trabajo en Brasil 2014, donde sueña por convertir a su selección en la cuarta africana que alcanza los cuartos de final tras Camerún (1990), Senegal (2002) y Ghana (2010). No lo tendrá fácil ante Francia el lunes en Brasilia.

“Hay mucho talento en este grupo, pero hace falta tiempo para construir un verdadero equipo. El grupo de 1994 tuvo cinco años para construirse, era formidable, su mentalidad era increíble y eran como hermanos”, recuerda Keshi.

El equipo actual, carente de estrellas –descartó a Taye Taiwo–, forma un grupo homogéneo, potente físicamente y con gran técnica.

- ‘Siempre he trabajado con blancos’ -

Autoritario, Keshi no duda en tomar decisiones que considera positivas para el grupo a pesar de que no tengan la aprobación general.

Para el Mundial 2014 descartó también a Sunday Mba, goleador de la final de la Copa de África ante Burkina Faso (1-0), porque consideró que el atacante “no había mostrado el hambre y la combatividad necesarias”.

Sobre su grupo, no tiene duda de la receta para triunfar: “Tiene talento, pero le hace falta una gran mentalidad y un gran carácter, eso es lo que intentamos aportar”.

A diferencia de la mayoría de seleccionadores, que utilizan el traje como uniforme en los partidos, Keshi opta por el chándal del equipo porque se siente “más cómodo”.

Como jugador militó en Bélgica; Lokeren, Anderlecht y RWD Molenbeek, y Francia, en el Estrasburgo, con el que disputó la final de la Recopa en 1990, perdiendo con la Sampdoria (2-0 en los penales).

“Siempre he trabajado con blancos”, subraya para evitar que sus palabras acerca de los entrenadores en África se malinterpreten.

“Pero nunca podré entrenar en Europa porque ellos consideran que no estoy lo suficientemente calificado para hacerlo”, añade. Puede que una victoria ante Francia ayude a cambiar su percepción.