Una turba de enardecidos pobladores mató a un sospechoso de asesinato quemándolo vivo en una región del sudeste de Bolivia, informó este martes una fuente policial.

“Este sujeto habría sido detenido por comunarios de la zona, quienes lo torturaron, lo maniataron e hicieron justicia por mano propia”, declaró el director de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen, coronel Octavo Gutiérrez, a radio Fides.

Según el relato del jefe policial, pobladores de Santa Rosa del Sara, del departamento de Santa Cruz, unos 900 kilómetros al sudeste de La Paz, “lo metieron a una fosa, le echaron diésel y le prendieron fuego, para luego taparlo con tierra”.

La víctima, de 30 años de edad, era sospechado de violar y asesinar a una mujer de 47 años.

De acuerdo a las pericias preliminares “son dirigentes (del poblado) que habrían participado en el linchamiento”.

El incidente ocurre un mes después de que pobladores de Palos Blancos, una zona aurífera y agrícola a 220 kilómetros al noreste de La Paz, mataran a un sospechoso de asesinato quemándolo también vivo.

El linchamiento es una distorsión de la justicia comunitaria, práctica ancestral reconocida por la Constitución boliviana que no incluye la pena de muerte sino penalidades leves como el trabajo comunal o el pago de multas por delitos menores o contravenciones a usos y costumbres.

Los instigadores y partícipes de linchamientos son procesados por delitos penales, aunque generalmente son protegidos por las propias comunidades involucradas.