Los pilotos del avión surcoreano que se estrelló en San Francisco en 2013 dependían demasiado de sistemas automáticos que no entendían, informó la agencia estadounidense de seguridad en el transporte (NTSB) este martes.

El presidente de la NTSB, Christopher Hart, hizo esta declaración al comienzo de la auditoría que establecerá las causas del accidente del avión de la aerolínea Asiana del 6 de julio de 2013, que dejó tres muertos y 187 heridos.

“El Boeing 777 es uno de los más sofisticados y automatizados aviones en servicio”, dijo Hart en sus observaciones iniciales, pero cuando “llega una automatización más compleja, lo más desafiante es asegurarse de que los pilotos la comprenden adecuadamente”, dijo.

“En este caso, la tripulación dependía demasiado de sistemas automatizados que no entendían completamente. Como resultado de ello, la aeronave voló demasiado lento y chocó con el rompeolas en el extremo de la pista”. precisó.

El Boeing 777 de la aerolínea surcoreana Asiana estaba terminando una ruta de diez horas y media que comenzó en Seúl, cuando el tren de aterrizaje chocó contra el rompeolas del aeropuerto internacional de San Francisco. El avión salió de la pista y se incendió.

El jefe de los investigadores, Bill English, indicó que Asiana insistió para que la “automatización fuera usada al máximo” por sus pilotos, como el uso de pilotos automáticos cuando el aparato está, sin embargo, a una baja altitud (330 m).

Entones, “las competencias de un piloto se degradan cuando no se ponen en práctica”, afirmó English.

El piloto del Boeing accidentado, Lee Kang-Kuk, realizaba su primer vuelo operacional a bordo de un Boeing 777 y volaba como copiloto un instructor, que cumplía esa función también por primera vez.