Tras la información publicada en medios nacionales e internacionales, en la que se advierte sobre el creciente número de turistas que visita la Antártica y la amenaza que representan a su frágil ecosistema, se refirió el director del Instituto Antártico Chileno, INACH, doctor José Retamales.

En la ocasión afirmó que, “estamos hablando de muy pocas personas que van a bordo de un buque, que tienen muy pocos descensos en el territorio mismo, y que se reducen a 3 o 4 horas por día durante 5 días; es decir, 15 o 20 horas de turistas a bordo de un buque que no superan las 100 personas por embarcación.

La cifra abultada de 40 mil, mucho tiene que ver con turistas que solo navegan durante 5 días en la Antártica y luego regresan”, afirmó Retamales al ser consultado por Prensa Antártica.

“¿Perjudica esto realmente. Queremos tener a la Antártica totalmente impoluta y desconocida o no? Esta no es una decisión nuestra, esta es decisión del Tratado Antártico. es decir de los 50 países que se reúnen cada año, de los cuales 29 forman una mesa de discusión. El mundo, no está en desacuerdo con la actividad turística en la Antártica”, aseveró el director del INACH.

“No creo que el turismo perjudique a la Antártica”, dijo José Retamales.

De acuerdo a la información publicada, desde 1990 hasta la actualidad, la cifra de turistas creció de 5 mil a 40 mil, de los cuales, menos del 1% visita las zonas carentes de hielo.

Reservas en peligro

De acuerdo al estudio publicado en la revista estadounidense de biología PLOS Biology, donde se consigna que “la creciente actividad humana está acelerando las amenazas a la biodiversidad” en el territorio antártico, “considerado como uno de los últimos páramos verdaderos del planeta, asilado de amenazas por su lejanía y la declaración como reserva natural dedicada a la paz y a la ciencia”, señala el informe.

“Encontramos que la Antártica es una de las regiones más desprotegidas del planeta, con sólo el 1,5% de su superficie libre de hielo designado oficialmente como zonas especialmente protegidas. Cinco de las eco-regiones libres de hielo no han sido designadas para la protección de la biodiversidad. Cada una de las 55 áreas designadas para proteger la biodiversidad de la Antártica se encuentran mucho más cerca de los sitios de alta actividad humana que lo esperado, y siete se encuentran en zonas de alto riesgo de las invasiones biológicas. En síntesis, la biodiversidad de la Antártica está poco protegida por las reservas, y las reservas están en peligro”.