Pequeñas protestas contra la Copa del Mundo tenían lugar este lunes en Brasilia y Sao Paulo poco antes del inicio del partido entre Brasil y Camerún, que comenzará a las 16 hora de Chile en la capital brasileña.

“Quiero ver a un trabajador con el salario de Neymar”, coreaban unos 200 manifestantes en Brasilia, dirigiéndose de la estación de autobuses hacia el estadio Nacional Mané Garrincha.

“La Copa no da casa, la Copa no da techo, solo un trofeo al que no me puedo acercar”, cantaban.

Un grupo de manifestantes quemó una gran réplica del trofeo de oro que se entrega a los ganadores.

En Sao Paulo, docenas de manifestantes -seguidos por la misma cantidad de periodistas- marchaban por la céntrica avenida Paulista, unos 25 km al oeste del estadio Arena Corinthians donde Chile fue derrotada por Holanda (2-0).

Los activistas eran escoltados por unos 50 policías a pie con grandes escudos y 20 policías a caballo, que portaban la protección de cuerpo entero con la que se han ganado el apodo de “Robocops”.

“No nos dejan protestar pero estamos en un país democrático. No debería haber Copa en un país donde no hay salud ni educación. El dinero que va a llegar para la Copa no cubrirá sus gastos”, dijo a la AFP Leticia Pieres, una analista en informática de 18 años.

Rodrigo Antonio, otro manifestante de 36 años, señaló que la protesta es para defender “el derecho a protestar”.

“Hay pocos manifestantes a raíz de la represión policial en el primer día de la Copa”, estimó este integrante del movimiento Territorio Libre.

Ocho activistas jugaban al fútbol en la avenida como forma de protesta, pero dejaban circular a los automóviles a uno y otro lado.

Varios manifestantes alzaron otro gran cartel con la leyenda “Pueblo en la calle, primer eliminado de la Copa” frente a un autobús de la policía de choque, en referencia a los habitantes que han sido desalojados de sus hogares a raíz de obras vinculadas al Mundial o a los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro-2016.

A diferencia de las masivas manifestaciones callejeras de un año atrás, durante la Copa Confederaciones, las protestas celebradas durante el Mundial-2014 para denunciar el gasto público en estadios en vez de en salud o educación han convocado solo a algunos cientos de personas.